Unas decenas de manifestantes y carteles antirracistas saludaron el lunes por la mañana la apertura del juicio de apelación contra seis agentes de policía de Lausana. Absueltos en primera instancia hace un año, son sospechosos de haber provocado la muerte de Mike Ben Peter, nigeriano de 39 años, tras una detención violenta en 2018.
En el tribunal cantonal de Renens, sin embargo, los debates comenzaron sin problemas, ya que toda la mañana se dedicó a los alegatos iniciales, es decir, a las posibles solicitudes de las partes antes de que realmente comenzara el juicio. En esta ocasión, Me Simon Ntah, abogado de la familia del fallecido, pidió varias cosas: que se presenten nuevos cargos, que se escuche a nuevos peritos y que se posponga el juicio.
Al final, todas sus solicitudes fueron desestimadas por el Tribunal, con una excepción. Los jueces acordaron estudiar el caso también desde el punto de vista del abuso de poder, algo que hasta ahora no se había hecho. Posteriormente se entrevistó a un testigo del fatal arresto. “Cuando vi a seis personas atacando a este hombre, que gritaba de dolor, quise intervenir. Pero no hice nada, porque eran policías”, explicó esta joven profesora.
Al final de la tarde, la viuda y el hermano de Mike Ben Peter también tuvieron la oportunidad de hablar. La mujer, que estaba embarazada cuando murió su marido, destacó que a su hijo menor le resulta muy difícil crecer sin su padre. El niño también es supervisado periódicamente por psicólogos escolares en España, su país de residencia. Finalmente, tanto la madre como su cuñado, muy decepcionados tras el primer juicio, exigieron que se hiciera justicia, para que “Mike pudiera descansar en paz”.
