Diez ucranianos detenidos durante años por los rusos fueron liberados el viernes gracias a la mediación del Vaticano, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
Parte del grupo llegó durante la noche del viernes al sábado en helicóptero al aeropuerto internacional de Kiev, cerrado desde la invasión del país por el ejército ruso.
Fue la primera vez en más de dos años que el aeropuerto recibió pasajeros. El resto del grupo llegó en autobús. Algunos de los civiles liberados habían sido capturados antes de la invasión rusa, cuando Moscú anexó ilegalmente la península ucraniana de Crimea.
Entre los liberados se encontraba Nariman Dzhelyal, jefe adjunto del Mejlis, un organismo representativo de los tártaros de Crimea que fue trasladado a Kiev después de la captura de la península por parte de Rusia.
Lo sacaron de Crimea, donde vivió a pesar de la anexión, un año antes de la guerra. “Estuve en cautiverio, donde están muchos ucranianos”, dijo. “No podemos dejarlos allí porque las condiciones, tanto psicológicas como físicas, son muy aterradoras”.
En la sala principal del aeropuerto, donde todavía cuelgan anuncios de antes de la guerra, ex prisioneros envueltos en banderas azules y amarillas se reunieron con sus familias y llamaron a quienes no pudieron estar allí.
Para algunos, la separación duró muchos años. “Tengo muchas ganas de abrazarte. Estaré contigo pronto, mamá”, dijo Isabella Pekh, hija de la historiadora de arte liberada Olena Pekh, durante una videollamada. “Lamento mucho no haber podido conocerte”.
Durante casi seis años, Isabella Pekh habló en conferencias internacionales y pidió a los embajadores extranjeros que ayudaran a liberar a su madre, detenida en la parte ocupada de la región de Donetsk.
Finalmente, sus esfuerzos fueron escuchados. “Fueron seis años de infierno que las palabras no pueden describir, pero sabía que tenía mi patria, que tenía gente que me amaba, que tenía a mi hija”, dijo Olena Pekh.
Entre los que regresaron el viernes también se encontraban dos sacerdotes. Uno de ellos, Bohdan Heleta, fue arrestado en 2022 en su iglesia en la ciudad ocupada de Berdyansk, en la región de Zaporizhia. Según el Centro de Coordinación Ucraniano para el Tratamiento de Prisioneros de Guerra, 3.310 ucranianos ya han sido liberados del cautiverio ruso. Pero varios miles de personas, civiles y soldados, siguen encarceladas.
