A un mes de Navidad, estamos en pleno Black Friday y puede resultar tentador correr a las tiendas a comprar tus regalos como una rata, aprovechando tentadores descuentos para mimar a la familia sin acabar en la quiebra. Excepto que de rata puedes convertirte fácilmente en paloma si no tomas algunas precauciones antes de sacar tu tarjeta bancaria, para que el Black Friday no se convierta en un “domingo sangriento”.
Técnicamente, el Black Friday de este año cae el 29 de noviembre. Excepto que en la práctica estamos más bien en una “semana negra”, o incluso en un “mes negro”. No vamos a repetir el discurso, todo el mundo lo sabe, “es un poco como las ventas, pero menos reguladas”, explica a 20 minutos Jean-Christophe Lampe, presidente de UFC Que Choisir de Hauts-de-France. Y si la organización no ha detectado ninguna estafa especialmente relacionada con el Black Friday, la UFC insiste en que hay que tener cuidado.
El engañoso “precio de referencia”
“Desde hace dos años el contexto regulatorio ha cambiado y ahora hablamos de “precios de referencia” en los que deben basarse los profesionales para aplicar sus reducciones”, continúa la UFC. Se trata de la directiva “Omnibus” que especifica que “todo anuncio de reducción deberá indicar el precio más bajo cobrado por el profesional durante los 30 días anteriores a la promoción”. Sobre el papel no tiene mala pinta, salvo que un párrafo permite comparar sus precios con los de la competencia: “Ya no hablamos de descuentos sino de precios comparativos y la regla de los 30 días ya no se aplica », explica Grégory Caret, directora del Observatorio del Consumidor.
Esto supone reducciones disparatadas sobre un “precio habitualmente observado”, o incluso sobre un “precio recomendado por el fabricante”. Como un “smartphone que, cuando salió al mercado hace tres años, tenía un precio recomendado de 1.000 euros y hoy se vende un 40% más barato”, pone como ejemplo Grégory Caret. Además, según la UFC, para reducciones del 20 al 40% mostradas, “el descuento real es más del orden del 1 al 4%”.
Cuidado con las promesas demasiado buenas
Lo más inteligente, según la UFC, es prepararse para el Black Friday, “tres o cuatro semanas antes, subiendo el precio de lo que se quiere comprar y calculando el porcentaje real de reducción”, insiste Jean-Christophe Lampe. Según él, el enemigo de un buen negocio son las compras impulsivas.
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Otra regla a seguir es tener cuidado con las ofertas demasiado buenas. “No es lo mismo Black Friday que rebajas. Las reducciones superiores al 50% pueden ocultar algo, por ejemplo, un minorista que vende artículos de fin de serie”, advierte la UFC. O verdaderos fraudes, generalmente ofrecidos a través de las redes sociales, afirma Grégory Caret. “Con motivo del Black Friday podemos ver florecer sitios de comerciantes falsos que copian sitios de referencia”, lamenta el director del Observatorio del Consumidor. Contra esto, son imprescindibles las normas de precaución habituales en las compras online, en particular no seguir un enlace de las redes, sino escribir usted mismo la dirección del sitio.