Los electores uruguayos están llamados a las urnas el próximo domingo para decidir entre los dos candidatos que pugnan por la silla presidencial para los próximos cinco años, durante la segunda vuelta de esta decisiva elección.
Yamandú Orsi, candidato de la oposición agrupada en torno al Frente Amplio (izquierda), y Álvaro Delgado, que defiende los colores de la mayoría saliente unida en el Partido Nacional (centroderecha), están técnicamente empatados en los últimos sondeos.
La votación de este domingo se inscribe en un escenario inédito: los dos candidatos se acreditan con un número de votos casi idéntico (47% para Orsi y 46% para Delgado).
En este escenario, el candidato mayoritario logró reunir los votos de los demás candidatos que participaron en la primera vuelta, en particular los del Partido Colorado.
Los observadores creen que el recuento de votos debería continuar hasta la última votación antes de conocer al próximo presidente de Uruguay, que sucederá al presidente saliente Luis Lacalle Pou.
La constitución uruguaya no permite que el presidente tenga dos mandatos sucesivos.
Durante los últimos días de campaña, los candidatos intentaron ganarse los votos de los indecisos (alrededor del 5% del electorado), cuyo voto será crucial para inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato.
La fuerte polarización ha marcado un tono particular para la campaña electoral de los últimos días, con profundos desacuerdos sobre las orientaciones económicas y el historial del gobierno saliente.
Si bien la campaña electoral para la primera vuelta estuvo marcada por la inercia y un evidente desinterés de los votantes, la perspectiva de una carrera reñida en la segunda vuelta parece haber despertado un mayor interés entre los electores, que eran más numerosos en las reuniones.
Los debates entre ambos bandos se centraron en cuestiones fundamentales para los uruguayos: la seguridad pública, la seguridad social y la dirección de la economía.
Orsi ha seguido abogando por el fortalecimiento de los servicios públicos y la mejora de la seguridad social, cuestiones que resuenan particularmente favorablemente entre los votantes jóvenes urbanos.
Delgado y sus aliados apuestan por una nueva versión de la estrategia de 2019, que permitió ganar a Lacalle Pou, defendiendo el envidiable y mensurable historial económico del ejecutivo saliente, a pesar de la mala suerte vinculada a la pandemia de Covid.
Con MAPA