El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es objeto de una orden de arresto internacional desde el jueves por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Pero la Corte Penal Internacional busca a otros líderes internacionales, e incluso a ciertos jefes de Estado.
Publicado el 22/11/2024 10:12
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La Corte Penal Internacional (CPI) emitió el jueves 21 de noviembre órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, su exministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y el jefe del brazo armado de Hamás, Mohammed Deif. El Tribunal Penal habla de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad. También hay cargos contra Hamás: toma de rehenes y violación.
De las 56 órdenes emitidas desde la creación de la CPI en 2002, sólo 21 han sido ejecutadas. Benjamín Netanyahu sabe que eludir las órdenes de arresto de la CPI no es imposible. Antes que él, se buscó a otros jefes de Estado. Entre los gobernantes, el sudanés Omar al-Bashir fue el primero en desafiar abiertamente a la Corte, en particular yendo a Egipto, signatario del Tratado de Roma, mientras era buscado. Desde su destitución, permanece en Sudán, donde las autoridades actuales, a pesar de sus promesas, aún no lo han entregado a la CPI.
Pero el caso más emblemático es probablemente el de Vladimir Putin. Bajo orden de arresto desde marzo de 2023 por crímenes de guerra en Ucrania, el presidente ruso ciertamente tuvo que revisar sus viajes. Ha renunciado a asistir a la cumbre de los Brics en Johannesburgo o, más recientemente, al G20 en Río. Pero en septiembre dio un brazo de honor a la justicia internacional al ser recibido con honores en Mongolia, atrapada entre China y Rusia, dos países que no reconocen a la CPI. Mongolia, todavía bajo influencia soviética, prefirió romper su compromiso legal con la CPI que decepcionar a su poderoso vecino.
Benjamín Netanyahu también puede contar, por ejemplo, con que Estados Unidos, que no ha ratificado el Tratado de Roma, le dará la bienvenida. También sabe que esta orden de arresto no impedirá que sea recibido por altos funcionarios de la ONU si estos contactos son esenciales por cuestiones de seguridad o de guerra.
