La brutal detención del escritor argelino Boualem Sansal en el aeropuerto de Argel, seguida de su preocupante desaparición, arroja una dura luz sobre la deriva autocrática del régimen de Abdelmadjid Tebboune. Sansal, de 75 años, ex alto funcionario y reconocido intelectual, encarna una firme oposición al oscurantismo y la represión, que parecen haber sellado su destino en una Argelia donde la libertad de expresión está amordazada.
Desde su regreso al país el 16 de noviembre, Boualem Sansal no ha dado señales de vida, lo que genera gran preocupación. Las autoridades argelinas, fieles a su opacidad característica, no han dado ninguna explicación sobre los motivos de su detención ni sobre las condiciones de su detención. Este silencio escalofriante refuerza la imagen de un poder represivo, dispuesto a silenciar cualquier voz disidente, incluso cuando brilla más allá de las fronteras.
Escritor prolífico y ganador del Gran Premio Romano de la Academia Francesa en 2015 por 2084: El fin del mundo, Boualem Sansal escribió en una lengua francesa que defendió con pasión. Sin embargo, sus obras, ampliamente celebradas en Francia, fueron censuradas sistemáticamente en Argelia. En sus posiciones públicas denunció tajantemente lo que llamó una “poder mafioso”una oligarquía plagada de corrupción y amiguismo.
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Sansal no dudó en señalar el ascenso al poder de las corrientes islamistas y arabistas, a las que acusó de haberse infiltrado y suplantado a las elites argelinas francófonas. Para él, esta toma de poder, orquestada en las sombras durante décadas, se ha vuelto irreversible, anclando a Argelia en una trayectoria conservadora y autoritaria.
Represión sistémica
La detención de Boualem Sansal forma parte de un contexto más amplio de creciente represión en Argelia. En diciembre de 2022, el director de Radio M y Maghreb Émergent, dos medios de comunicación independientes, fue detenido sin previo aviso y sus locales sellados. Estas duras medidas reflejan un rechazo categórico a cualquier crítica al régimen.
Sin embargo, al atacar a Sansal, una figura respetada y admirada más allá de las fronteras de Argelia, el régimen parece dar un paso más. Este escritor, a menudo comparado con un Solzhenitsyn moderno por su lucha contra el islamismo, también denunció los compromisos internacionales. En particular, criticó a Francia por su indulgencia hacia Argel, a pesar de los flagrantes abusos contra los derechos humanos.