Las perspectivas de cooperación energética entre el norte de África y Europa se están intensificando con la transición a las energías renovables.
La actual transición energética abre importantes perspectivas de cooperación entre el norte de África y Europa en el ámbito de las energías renovables. Como se destacó durante la Semana Africana de la Energía, los países del norte de África tienen un potencial solar y eólico considerable que todavía está en gran medida subexplotado. Nivedh Das Thaikoottathil, analista de Rystad Energy, recuerda que “África posee el 40% del potencial solar mundial pero actualmente sólo explota el 35%”.
Entre los principales países implicados se encuentran Marruecos, Egipto, Argelia y Túnez, que están multiplicando proyectos eólicos y solares fotovoltaicos a gran escala, a menudo con el apoyo de donantes internacionales.
“Estamos viendo un aumento de la financiación para proyectos de energía renovable y nuevas interconexiones entre el norte de África y Europa, con 24 GW de capacidad propuesta destinada a conectar las regiones”, afirma Thaikoottathil.
Fuentes de financiación diversificadas
Hay que decir que la financiación de estos proyectos recurre a diferentes fuentes, ya sean inversiones públicas, préstamos de donantes multilaterales como el Banco Europeo de Inversiones, o incluso fondos verdes y mecanismos específicos como el Fondo Verde para el Clima. El sector privado no se queda al margen, con la creciente participación de promotores e inversores especializados atraídos por las perspectivas de atractivos rendimientos de la inversión.
“Egipto es actualmente un líder en fabricación de energía solar, pero otros gobiernos africanos deberían trabajar para atraer inversiones e implementar políticas que incentiven a los fabricantes a establecer operaciones en el continente”, dice James Mackay, director ejecutivo del Consejo de Energía de Sudáfrica.
Sin embargo, financiar estos megaproyectos sigue siendo un desafío importante debido a su escala y la complejidad de los arreglos financieros requeridos. La estabilidad del marco regulatorio y la viabilidad económica de los proyectos son requisitos previos para tranquilizar a los inversores.
“El alto costo de la energía renovable en África podría reducirse mejorando la capacidad de fabricación local, haciendo que las tecnologías vitales sean más accesibles para los desarrolladores de proyectos”, sostiene James Mackay.
El Norte de África pretende impulsar la industrialización del sector de las energías renovables en su territorio para capturar su valor añadido. Carlos Torres Díaz de Rystad Energy también destaca la “ventaja estratégica” que constituye la fuerza laboral joven del continente en el desarrollo de las soluciones innovadoras necesarias.
Marcos regulatorios convergentes
Más allá de la producción verde, la cooperación entre el norte de África y Europa se centra en fortalecer las interconexiones eléctricas para exportar parte de esta electricidad libre de carbono. En este ámbito se están llevando a cabo importantes proyectos.
“Las soluciones para convertir el gas en electricidad siguen siendo esenciales para la estabilidad junto con las energías renovables”, matiza Carlos Torres Díaz, destacando los desafíos técnicos que hay que afrontar para garantizar la seguridad del suministro.
En concreto, la alineación de los marcos regulatorios y la armonización de las normas técnicas constituyen proyectos esenciales para el éxito de las interconexiones eléctricas entre el norte de África y Europa.
De hecho, la integración de las redes eléctricas a ambos lados del Mediterráneo plantea numerosos desafíos técnicos y regulatorios que deben resolverse. Desde un punto de vista técnico, es necesario armonizar las normas aplicables a las infraestructuras de transporte eléctrico (líneas de alta tensión, subestaciones eléctricas, etc.) para garantizar la interoperabilidad de los sistemas. Deben armonizarse los códigos de red que definen los requisitos de conexión, las reglas de funcionamiento y los criterios de calidad del suministro. La armonización de los estándares de ciberseguridad también es crucial para proteger estas infraestructuras estratégicas.
Los marcos regulatorios también deben converger en muchos aspectos: códigos de construcción, estándares ambientales, reglas de propiedad y acceso a las redes de transporte, principios de fijación de precios, mecanismos de resolución de disputas, etc. La alineación es esencial para crear un espacio regulatorio integrado y seguro que propicie el comercio transfronterizo de electricidad.
Este esfuerzo de armonización representa un desafío importante dadas las disparidades actuales entre las legislaciones energéticas de los diferentes países involucrados. Esto requiere una estrecha cooperación entre reguladores, operadores de redes y autoridades competentes para definir un marco jurídico estable, justo y mutuamente beneficioso. Organismos regionales como la Asociación de Reguladores de Energía del Mediterráneo (MEDREG) e iniciativas como el proyecto de mercado eléctrico regional de la Comisión de la Unión Europea (UE) contribuyen a esta armonización crucial. Pero el progreso sigue siendo lento dada la complejidad de la tarea.
Beneficios económicos, ambientales y sociales
Para los países del norte de África, estos proyectos prometen beneficios económicos sustanciales en términos de creación de empleo, inversiones industriales, transferencias de tecnología y diversificación de las exportaciones. Su despliegue se inscribe en una perspectiva de desarrollo sostenible, seguridad del suministro energético y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, su impacto ambiental y social debe evaluarse y regularse rigurosamente, ya sea en términos de uso de los recursos hídricos, preservación de la biodiversidad o gestión del territorio. La consulta con las poblaciones locales será decisiva para garantizar la aceptabilidad social de estos grandes proyectos.
Los principales actores industriales implicados son los promotores de proyectos de energías renovables, los fabricantes de equipos, los fondos de inversión especializados y las empresas de ingeniería y servicios energéticos. En los últimos años se han puesto en marcha multitud de acuerdos de cooperación bilateral y mecanismos de financiación específicos entre los países interesados para estructurar estas asociaciones energéticas reforzadas entre las dos orillas del Mediterráneo.
Bilal Cherraji / Inspiraciones ECO