Se abrió una investigación tras la “difusión en redes sociales de un vídeo de mutilación de un cuerpo humano, por individuos vestidos con uniformes militares de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN)” de Burkina Faso, país gobernado por un régimen militar, indicó el personal general el domingo en un comunicado de prensa.
“Se ha contactado a los servicios competentes para determinar la autenticidad y el origen de este vídeo, así como la identidad de las personas interesadas para que puedan responder de sus acciones, si se prueban los hechos”, continuó.
En el vídeo nada permite identificar el lugar, la fecha ni los actores, algunos de los cuales visten uniformes militares.
En julio, el ejército burkinés condenó los actos de mutilación de cadáveres, visibles en vídeos ampliamente difundidos en las redes sociales, perpetrados por personas sospechosas de ser soldados y Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP, auxiliares civiles). El ejército de Malí también destacó en un vídeo que muestra actos similares de hombres con el uniforme y las insignias de las Fuerzas Armadas de Malí (Fama).
“Este acto indescriptible es contrario a los valores militares y morales inculcados al personal de la FAN así como a los Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP) y transgrede las reglas de enfrentamiento de las unidades en el terreno”, indicó el domingo mayor del estado.
Según él, “todas las operaciones de reconquista del territorio nacional se llevan a cabo con el mayor respeto a los derechos humanos”.
Acusado habitualmente de ejecuciones extrajudiciales, el ejército burkinés siempre las ha negado, señalando a veces a grupos armados que utilizan material militar.
Human Rights Watch (HRW) ha criticado al ejército en varias ocasiones. En abril, la acusó de haber ejecutado al menos a 223 civiles, entre ellos 56 niños, a finales de febrero en el norte del país.
Burkina Faso, dirigida por un régimen militar, se enfrenta a ataques yihadistas mortales.
Desde 2015, esta violencia atribuida a movimientos armados afiliados a Al Qaeda y al grupo Estado Islámico ha dejado más de 26.000 muertos, de los cuales más de 13.500 desde el golpe de Estado de septiembre de 2022 que llevó al poder al capitán Ibrahim Traoré.
También han provocado más de dos millones de desplazamientos internos.
Traoré había prometido hacer de la lucha contra el “terrorismo” su “prioridad”.