En última instancia, la decisión recaerá en el cantón de Graubünden. Durante una rueda de prensa organizada el sábado 9 de noviembre en Tiefencastel, Daniel Albertin, alcalde del municipio de Albula, anunció que la decisión de evacuación preventiva del pueblo de Brienz pertenece al cantón de Graubünden. Se espera que se lleve a cabo una consulta el martes 12 de noviembre.
Es posible que los residentes tengan que ser evacuados en los próximos días. “Prepárense ahora”, les dijo el sábado por la tarde Pascal Porchet, director de la Oficina Cantonal de Asuntos Militares, durante una reunión de emergencia en Tiefencastel (GR). Se pide a los residentes que, si es necesario, se lleven “cualquier cosa que no pueda sustituirse con dinero”. La evacuación podría durar varios meses.
Movimiento rápido de la parte superior del pedregal.
Esa misma mañana, el municipio de Albula anunció que estaba preparando una evacuación preventiva de Brienz, tras comprobar que el deslizamiento de la parte superior del pedregal se había acelerado mucho. Las mediciones del servicio de alerta temprana mostraron que la parte superior del pedregal se movía a un ritmo que a veces superaba los 30 centímetros por día desde la segunda quincena de septiembre.
La combinación de tres factores puede desencadenar el deslizamiento, afirmó un experto en geología y peligros naturales: precipitaciones intensas, caída de rocas en el deslizamiento, así como el refinamiento del material con el tiempo. Hasta 1,2 millones de m3 de roca podrían desplazarse hacia el pueblo.
Caerá un millón de metros cúbicos de roca en 2023
La última evacuación de Brienz se remonta al 12 de mayo de 2023: hasta dos millones de metros cúbicos de roca amenazaban con desplomarse de la ladera de la montaña que domina el pueblo, el equivalente a 2.000 casas individuales. La noche del 16 de junio de 2023, 1,2 millones de metros cúbicos de roca se desprendieron formando un enorme flujo que se detuvo justo antes del pueblo. A principios de julio de 2023, los habitantes de Brienz pudieron regresar a sus hogares.
A mediados de marzo de 2024, unos miles de metros cúbicos de roca se desprendieron de nuevo sobre la ciudad, sin afectar al pueblo. La meseta, un estrato de terreno de 5 millones de m3 que domina el pueblo, se desliza hacia el valle a un ritmo de 4,3 metros por año y se han formado nuevas grietas. Se desprendieron partes de la pared. En mayo de este año, fuertes lluvias provocaron un aumento del desprendimiento de rocas por este deslizamiento. Pero el pueblo se salvó.