La enfermedad de la lengua azul sigue propagándose en el Jura. Actualmente hay al menos 250 explotaciones de las aproximadamente 1.000 del cantón que están afectadas y, por tanto, puestas bajo embargo. Esta enfermedad tiene un impacto emocional y financiero en los agricultores.
“Hay al menos 250 granjas que no han sido sometidas a pruebas o en las que el virus no ha aparecido de forma aguda”, explicó el viernes Grégoire Theubet, veterinario de Courgenay.
El 30 de octubre, el Ministro de Economía y Salud, Jacques Gerber, presentó al Parlamento del Jura la cifra de 240 explotaciones afectadas y el 9 de octubre, el veterinario cantonal informó de 170 explotaciones afectadas.
Agricultores bajo presión
Estas pérdidas son compensadas hasta el 90% del valor de los animales por el fondo epizoótico del cantón. Pero los agricultores enfrentan mayores pérdidas a medida que las medidas implementadas para limitar la propagación reducen la producción de leche, las ventas y el tráfico de animales. A esto se suman los gastos veterinarios.
Los criadores del Jura quisieran que la vacuna contra la enfermedad de la lengua azul serotipo 3 (BTV-3), que se puede utilizar en Suiza, también estuviera cubierta por el fondo de enfermedades animales. Tienen que lidiar tanto con una carga emocional por la pérdida de los animales como con un trabajo administrativo adicional.
El mosquito vector del virus.
La enfermedad se transmite por la picadura de pequeños mosquitos llamados ceratopogónidos. La infección provoca, especialmente en ovejas, síntomas graves, como fiebre, inflamación de las mucosas y abortos. La tasa de mortalidad puede alcanzar el 70%.
La enfermedad suele provocar síntomas más leves en el ganado. El patógeno no representa ningún peligro para los humanos.
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