Según el INSEE, el salario neto medio disminuyó un 0,8% en euros constantes en 2023, tras el -1% en 2022. Sandrine Dorbes es consultora de retribuciones. Asesora a las empresas para ayudarles a definir su política salarial y comenta este estudio.
Las empresas afirman haber hecho grandes esfuerzos en materia salarial durante los dos últimos años. ¿Es este realmente el caso?
Escuchamos mucho que los salarios han seguido el ritmo de la inflación. Esto es algo que no necesariamente veo en mis clientes. Los bajos salarios se vieron respaldados por el aumento del salario mínimo. También se han adoptado muchas medidas específicas, especialmente en sociedades donde los presupuestos son los más frágiles. Pero en muchas empresas no se han tomado medidas generales de aumento. Durante varios años hemos tenido una crisis tras otra y una curita tras otra, esperando que la situación cambie.
¿Es esto mala voluntad por parte de las empresas?
Siempre tomamos como ejemplo a los muy malos estudiantes. Mostramos empresas que ganan mucho dinero y no comparten los beneficios lo suficiente. Tengo clientes que realmente no tienen los medios. Un directivo de pyme me explicó que la nómina representa el 60% de su facturación. Es colosal. El margen de maniobra es muy reducido. Con un horizonte poco claro desde el punto de vista económico, dar un fuerte golpe a los salarios para mejorar el poder adquisitivo no siempre es viable a medio plazo. Por eso hay salarios que están rezagados, particularmente los de los ejecutivos. Los salarios muy altos siguen aumentando. Se apoyaron los salarios bajos. pero en el medio hay gente que ha quedado un poco olvidada.
“Durante varios años hemos tenido una crisis tras otra y una curita tras otra, esperando que la situación cambie”
¿Cuál es el riesgo?
Escuchamos mucho que la inflación se está desacelerando y que con los aumentos en 2024 volveremos a una tendencia alcista y repararemos los efectos negativos. Lo encuentro optimista e incómodo. Las personas que han perdido poder adquisitivo no estarán contentas con las buenas estadísticas. Existe riesgo de abandono, menor motivación, menor comprensión y menor compromiso por parte de los empleados. Quizás se pregunten: “¿Por qué estoy trabajando? » Es humano, hay necesidad de proyectarse en el tiempo. La compensación es un tema tanto técnico como emocional.
¿Qué pueden hacer las empresas que no pueden aumentar los salarios?
Lo que empieza a interesar a las empresas es trabajar en beneficios sociales. Existe una manera real de mejorar el poder adquisitivo. Con vales restaurante, por supuesto, que podrás utilizar para hacer tus compras. Y si no podemos aumentar los sueldos, también podemos dar vales de vacaciones. Se trata de alternativas menos concurridas a las que se puede volver más fácilmente. Cada vez hay más plataformas que permiten combinar estos beneficios sociales. Se asigna un sobre a cada empleado que puede elegir gastarlo como quiera, hacer deporte, ir a un restaurante o irse de vacaciones.