El Gobierno español presentó el martes un plan de ayuda de 10.600 millones de euros para decenas de miles de residentes y empresas afectadas en el sureste del país, una semana después de las dramáticas inundaciones que dejaron al menos 219 muertos.
El Gobierno activará “ayudas directas a ciudadanos y empresas afectadas, como hicimos durante la pandemia, con el menor trámite posible y la mayor celeridad”, reveló el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al final del Consejo de Ministros.
“Lo que los ciudadanos quieren es ver a sus instituciones no peleando entre ellas, sino trabajando codo a codo”, insistió, mientras el Ejecutivo y el Gobierno de Valencia, la región más afectada por las inundaciones, son objeto de fuertes críticas desde hace una semana. para su gestión del desastre.
Pedro Sánchez aseguró que el Estado central está al lado de los afectados y desveló una serie de medidas que incluyen ayudas directas para cerca de “65.000 autónomos” y “30.000 empresas”.
También anunció que el Gobierno cubrirá “el 100%” de los gastos urgentes que incurran los ayuntamientos para ayudar a sus ciudadanos y limpiar las calles.
“La inversión total de todas estas primeras medidas” superará los “10.600 millones de euros”, explicó Sánchez, precisando que había “solicitado formalmente” ayuda al Fondo Europeo de Solidaridad a Bruselas.
“Aún queda gente por localizar, viviendas y negocios están destruidos, enterrados bajo el barro y mucha gente está sufriendo graves carencias. Hay que seguir trabajando”, recordó.
“No lo estamos haciendo bien”
Según el ejecutivo, se ha restablecido la electricidad en “el 98% de las viviendas” y se han reparado “el 68%” de las líneas telefónicas averiadas. Además, se repararon 40 kilómetros de carreteras y 74 kilómetros de vías férreas.
Sobre el terreno, sin embargo, la situación sigue siendo muy complicada, una semana después del mal tiempo.
En Paiporta, localidad de 25.000 habitantes considerada el epicentro de la tragedia, con más de 70 víctimas, el agua potable vuelve a estar disponible pero las calles siguen atascadas de vehículos.
“Estamos mejor, pero no vamos bien”, resumió la alcaldesa Maribel Albalat en la cadena pública TVE. “Necesitamos máquinas, necesitamos profesionales que vengan a limpiar las calles, a vaciarlas, para que la gente pueda cuidar de sus casas”, imploró.
Según los informes facilitados por las autoridades nacionales y locales, 219 personas murieron a causa de este mal tiempo, el peor desastre natural de la historia reciente de España, según el ejecutivo. De ellos, 214 fallecieron en la Comunidad Valenciana, cuatro en Castilla-la-Mancha y uno en Andalucía.
Los juzgados ya han autorizado la entrega de “casi medio centenar de cadáveres” de los fallecidos a sus familiares, indicó el Tribunal Superior de Justicia de Valencia en la red social X.
Y la prioridad sigue siendo siempre la localización de los desaparecidos, cuyo número exacto nunca ha sido comunicado.
“Sentimiento de abandono”
Las autoridades están especialmente preocupadas por la situación en muchos aparcamientos subterráneos, que están completamente inundados y aún no han sido completamente inspeccionados.
En los últimos días, el personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que responde a catástrofes naturales, ha instalado numerosas bombas para comenzar a evacuar el agua.
En Picanya, cerca de Valencia, siguen desaparecidos “vecinos”, subraya el alcalde Josep Almenar, que, una semana después de la catástrofe, sigue “sacando la basura de la ciudad, sacando los coches”.
En total, cerca de 15.000 soldados y policías están desplegados para ayudar a los vecinos y realizar operaciones de limpieza, según el ejecutivo, que precisó que este número se ha duplicado en tres días.
“En las 72 horas desde la última vez que hablé (…), el número de militares, miembros de la policía nacional, guardias civiles, desplegados por el gobierno español ha aumentado de 7.300 a 14.898”, aclaró Sánchez durante una rueda de prensa. .
Un despliegue, sin embargo, considerado insuficiente por una parte de la población. “Han pasado seis días, ya son seis días, y sólo la población nos ayuda, sólo podemos contar con la solidaridad de la población”, lamenta a la AFP Matilde Gregori, propietaria de una tienda devastada por las inundaciones en Sedavi, cerca. Valencia.
“Los políticos, ¿dónde están? ¿Dónde están? ¿Por qué no dieron la alarma? Asesinos. Son asesinos”, dice mientras participa en un reparto de ayuda.
Esta exasperación se materializó el domingo con una explosión de ira de los vecinos contra el rey de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, durante una visita a Paiporta, recibidos con gritos de “¡Asesinos!” y blanco de chorros de barro y objetos.
Este artículo fue publicado automáticamente. Fuentes: ats/afp