Una encuesta da alas al bando de Harris, otra consuela al equipo de Trump: a dos días de las elecciones, el resultado de un duelo presidencial en Estados Unidos nunca había sido tan impredecible.
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03 noviembre 2024 – 16:57
(Keystone-ATS) El mundo entero está esperando saber si Estados Unidos abrirá por primera vez las puertas de la Casa Blanca a una mujer, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris. O si va a enviar al expresidente republicano Donald Trump de regreso allí, al final de una campaña potencialmente agitada.
Más de 76 millones de estadounidenses ya han votado, anticipadamente o por correo. El martes, cuando cierren los colegios electorales y comience el escrutinio, comenzará un período de espera febril, marcado por el temor a protestas violentas, sobre todo si el resultado es muy reñido.
Harris da marcha atrás en Pensilvania
Según la última encuesta del New York Times/Siena, esto está en camino. La encuesta de opinión, concentrada en siete estados cruciales, sitúa a Kamala Harris a la cabeza en la mayoría de ellos (en Nevada, Carolina del Norte, Georgia, Wisconsin), y perfectamente empatada con Donald Trump en otros dos (Pensilvania y Michigan), cuando su Su rival está por delante en Arizona.
Pero esta encuesta seguida de cerca muestra que ha perdido terreno en el estado más disputado: Pensilvania. Este vasto territorio del noreste tiene 19 votantes importantes de los 270 mínimos que debe alcanzar uno de los dos candidatos para ganar.
Pequeña diferencia
En cualquier caso, la diferencia es mínima. El candidato demócrata, que hace campaña en el centro y que cuenta con la defensa del derecho al aborto para movilizar masivamente a las mujeres, se enfrenta a un oponente con un mensaje cada vez más extremo.
El sábado, una encuesta de opinión local alegró al campo demócrata, mostrando que Kamala Harris estaba ahora por delante de Donald Trump en Iowa, donde el multimillonario de 78 años parecía asegurada una cómoda victoria.
A medida que se acerca el día D, los dos rivales, que han gastado decenas de miles de dólares, intentan ocupar el campo y saturar el espacio mediático. El sábado, Kamala Harris hizo una aparición sorpresa en Nueva York en el programa de comedia “Saturday Night Live”, participando en un ejercicio de autocrítica con la comediante Maya Rudolph.
Llueven los insultos
El domingo regresa a Michigan, un estado industrial a orillas de los Grandes Lagos, donde debe convencer a un electorado obrero. Aún debería pedir “pasar página a una década con Donald Trump”, que trastornó la democracia estadounidense y las relaciones internacionales. Kamala Harris lo retrata como un “fascista” con espíritu “vengativo”.
El incansable tribuno populista, sobre el que parecen recaer condenas y acusaciones judiciales, después de haber salido ileso de dos intentos de asesinato, ha pasado a los insultos abiertos: habla de “Kamala, con un coeficiente intelectual bajo” y la llama “estúpida como sus pies”. .
Se presenta como un hombre providencial para unos Estados Unidos amenazados por una “depresión como la de 1929” e “invadidos” por millones de inmigrantes ilegales “asesinos”.
El método de votación es complejo. La presidencia se otorga por sufragio universal indirecto: los estadounidenses votan por un colegio de 538 electores, repartidos entre los 50 estados, sin que el total de votos a nivel nacional sea decisivo.
Acusaciones de “fraude”
Ya se considera que una gran mayoría de estos estados son Kamala Harris o Donald Trump. Por eso los esfuerzos y la incertidumbre de los candidatos se centran en los siete “estados indecisos”.
Donald Trump, que regresa el domingo a Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, ya está aumentando las acusaciones de “trampa”. En Virginia, Brandon Dent, un repartidor de 22 años, cree que su campeón “ganará sin lugar a dudas”, pero teme que el “fraude” revierta el resultado.
El expresidente nunca ha reconocido su derrota en noviembre de 2020. Se enfrenta a cargos penales por su papel en el asalto de sus partidarios contra el Capitolio el 6 de enero de 2021.