A partir de 2027, ahorra 250€ al año con el cronotermostato obligatorio

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Termostatos programables, una innovación que marca el futuro de la vivienda

En los albores de una revolución en la gestión energética residencial, la introducción de termostatos programables sigue ganando importancia. A partir de 2027, su instalación se convertirá en una norma obligatoria para todos los edificios, una decisión impulsada por objetivos ecológicos ambiciosos y un marco regulatorio reforzado.

En primer lugar, estos dispositivos inteligentes ofrecen una manera eficiente de reducir el consumo energético adaptando la temperatura ambiente a los hábitos diarios de los ocupantes. Esta capacidad de regular automáticamente la calefacción y el aire acondicionado según las necesidades reales representa una contribución notable al esfuerzo colectivo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Impacto concreto en la factura energética

Más concretamente, estos termostatos presentan importantes ventajas económicas para los usuarios. Su uso puede reducir el consumo energético en un 15%, lo que se traduce en un ahorro medio de 250 euros anuales para los hogares. Esta reducción de costes es posible gracias a una programación precisa y receptiva de los sistemas de calefacción y refrigeración.

Aprovechando esta ola de innovación, el Estado está introduciendo medidas de incentivo para facilitar la adopción de esta tecnología. El subsidio denominado “Connected Thermostat Boost” cubre hasta el 80% de los gastos relacionados con la compra e instalación de estos dispositivos.

Un marco regulatorio para la aplicación

La transición a esta nueva norma se rige por el Decreto N° 2023-444. Prevé que, a partir del 1 de enero de 2027, todos los edificios nuevos o en proceso de renovación importante deberán estar equipados con estos termostatos. Esta medida es una de varias decididas por el gobierno para reducir el consumo total de energía en un 40% para 2050, un objetivo ambicioso en línea con los acuerdos climáticos internacionales.

Más allá de los beneficios individuales, la instalación generalizada de este tipo de termostato debería permitir reducir las emisiones anuales de CO₂ del sector inmobiliario, responsables actualmente de 123 millones de toneladas. Ajustando el consumo energético de cada hogar, atajamos una de las principales fuentes de contaminación urbana y contribuimos así a un medio ambiente más saludable.

Aún mejor, esta transición hacia una gestión energética doméstica más inteligente promete ser un motor de cambios más amplios en el sector inmobiliario y de la construcción, allanando el camino para nuevas innovaciones en la gestión energética inteligente de los edificios. Por lo tanto, los termostatos programables están a la vanguardia de estos desarrollos, lo que marca un paso crucial hacia hogares más sostenibles y económicamente viables.

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