Para empezar, el uso intensivo del teléfono puede causar dolor e incomodidad. Una de las principales quejas es la tendinitis debida a los movimientos repetitivos del pulgar al escribir. Además, estos movimientos pueden provocar inflamación de los tendones, provocando el síndrome de De Quervain. Según un estudio publicado en el Journal of Orthopaedic Research (2019), el uso excesivo de teléfonos inteligentes puede provocar dolor en la muñeca y el pulgar.
Además, la posición prolongada de las manos y los dedos, a menudo en posturas poco naturales, puede provocar dolor en las articulaciones. Los pequeños músculos de la mano, utilizados continuamente, también pueden sufrir fatiga. Esta fatiga muscular puede manifestarse como calambres o incluso espasmos. Un estudio de la Universidad de Harvard (2017) demostró que las posturas prolongadas y no ergonómicas pueden provocar dolores articulares y musculares.
Además, es fundamental considerar el impacto neurológico. De hecho, el uso prolongado del teléfono puede afectar los nervios de las manos. El síndrome del túnel carpiano, por ejemplo, ocurre cuando el nervio mediano se comprime, lo que provoca dolor, entumecimiento y hormigueo en los dedos. Un estudio publicado en Muscle & Nerve (2018) encontró que el uso intensivo de teléfonos inteligentes puede causar dolor y hormigueo relacionados con el síndrome del túnel carpiano.
Por último, no se debe descuidar el impacto psicológico. El uso excesivo del teléfono no sólo puede afectar físicamente las manos, sino también provocar dependencia psicológica. Esta adicción amplifica el riesgo de lesiones físicas ya que los usuarios luchan por limitar el tiempo que pasan frente a la pantalla. Según un artículo publicado en el Journal of conductual Addictions (2016), la adicción a los teléfonos inteligentes está relacionada con problemas de salud mental, aumentando el riesgo de lesiones por uso excesivo.
Por ello, es fundamental adoptar prácticas saludables para prevenir estos inconvenientes. Entre otras cosas, es necesario realizar pausas periódicas, realizar ejercicios de estiramiento de manos y dedos y utilizar accesorios ergonómicos. De hecho, se trata de medidas esenciales para preservar la salud de nuestras manos.
En definitiva, el uso excesivo del teléfono puede tener graves repercusiones en las manos. Tomando conciencia de estos riesgos y adoptando hábitos más saludables será posible proteger las manos sin dejar de disfrutar de la tecnología.