(Valencia) El gobierno español anunció el sábado el envío de 10.000 soldados y policías adicionales al sureste de España para ayudar a las víctimas y ayudar a buscar a los desaparecidos, cuatro días después de las trágicas inundaciones que dejaron al menos 211 muertos.
Publicado a las 8:04 a. m.
Actualizado a las 9:54 a.m.
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Agencia France-Presse
En total, se desplegarán “5.000 soldados más” sobre el terreno, de los cuales 4.000 “hoy” y 1.000 “mañana por la mañana”, anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un comunicado desde el Palacio de la Moncloa, su residencia oficial.
Esta cifra eleva a 7.500 el número de militares movilizados en las zonas de catástrofe, lo que supone “el mayor despliegue de fuerzas armadas jamás realizado en España en tiempos de paz”, insistió el jefe del Gobierno.
A estos soldados se sumarán unos 5.000 policías y gendarmes adicionales, responsables de apoyar a sus 5.000 colegas que ya se encuentran en el terreno, según Sánchez. Se esperan con impaciencia refuerzos en algunas localidades que aún se enfrentan a una situación caótica.
El mal tiempo “provocó el mayor desastre natural de la historia reciente de nuestro país”, insistió el primer ministro, asegurando que el saldo de las inundaciones asciende ya a “211 muertos”.
“Habrá más muertes”
Las últimas cifras de los servicios de emergencia, publicadas el viernes por la noche, arrojan al menos 207 víctimas, de las cuales 204 en la región de Valencia, la más afectada, otras dos personas fallecieron en Castilla-la-Mancha y una en Andalucía.
Las autoridades, sin embargo, indicaron que este número de víctimas podría aumentar, a medida que se descubran víctimas potenciales, en particular entre los cadáveres de automóviles que aún se encuentran en las calles y estacionamientos de las zonas más afectadas, entre escombros y árboles arrancados de raíz.
“Es probable […] “Habrá más muertos”, afirmó el viernes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la cadena de televisión Antena 3, negándose a facilitar el número de desaparecidos, considerado aún demasiado fluctuante e impreciso.
Según el gobierno, la prioridad de soldados y policías sigue siendo la búsqueda de los desaparecidos y la restauración de carreteras e infraestructuras, para permitir la “entrega” de ayuda y el restablecimiento de “servicios esenciales”.
También deberán poner fin a los actos de saqueo denunciados varias veces en los últimos días, por los que fueron detenidas 82 personas, según el ejecutivo.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), durante la noche del martes al miércoles cayeron precipitaciones equivalentes a un año en determinados municipios. Estas lluvias torrenciales formaron torrentes de barro que destruyeron puentes, arrasaron casas y arrastraron miles de vehículos.
Según el ejecutivo, ya han sido retirados más de 2.000 automóviles y camiones averiados. También se ha restablecido el suministro eléctrico al 94% de los residentes que se habían visto privados de él.
“Problemas y deficiencias”
“Soy consciente de que la respuesta dada no es suficiente y de que hay problemas y carencias”, pero “ya llegará el momento de analizar” posibles “negligencias”, insistió Pedro Sánchez, mientras la falta de capacidad de respuesta de las autoridades es objeto de debate. fuertes críticas.
La Generalitat Valenciana está acusada en particular de haber enviado un mensaje telefónico de alerta a los residentes muy tarde el martes, a pesar de que Aemet había puesto la región en “alerta roja” por la mañana.
En Chiva, a unos cuarenta kilómetros de Valencia, el desmonte continuaba el sábado por la mañana en un ambiente de desolación, según un periodista de la AFP. En esta localidad de 17.000 habitantes no hay soldados, sino numerosos gendarmes, encargados de patrullar la localidad donde decenas de casas quedaron completamente destruidas.
“Ya no queda nada”, lamentó Mario Silvestre, de 86 años, y se dijo “resignado” ante los daños. “Los políticos prometen mucho, pero la ayuda sólo llega cuando llega”.
En este sombrío panorama, las muestras de solidaridad continuaron el sábado, especialmente en Valencia, donde miles de personas se reunieron al amanecer para dirigirse a pie a las localidades vecinas, equipadas con palas y escobas.
El viernes, el número de voluntarios fue tal que las autoridades pidieron a los vecinos que se quedaran en casa y prohibieron la circulación en determinadas vías para evitar que se congestionaran las vías utilizadas por los servicios de emergencia.