La caída de los precios del platino ha obligado a varios grandes grupos mineros a reestructurarse en los últimos dos años en Sudáfrica. Cierre de pozos, pérdida de puestos de trabajo… La empresa Sibanye Stillwater tuvo que despedir a 12.000 de sus 80.000 empleados. “A partir de 2023, asistimos a una caída de los precios de estas materias primas, los principales platinoides, que son el platino, el paladio y el rodio”, explica Charl Keyter, director financiero del grupo. Y creo que mucho de eso se debe a la opinión generalizada de que todo el mundo va a pasarse a los vehículos eléctricos. »
Platinoides víctimas del éxito del coche eléctrico
De hecho, estos platinoides se utilizan principalmente en la industria del automóvil, para fabricar convertidores catalíticos para vehículos térmicos. La pandemia de Covid-19 y luego la invasión de Ucrania por Rusia, el segundo productor de estos metales, empujaron a muchos fabricantes a abastecerse de minas sudafricanas, provocando una explosión de los precios.
“Durante el Covid, vimos cómo el precio de los metales del grupo del platino subía a niveles nunca imaginados. Hasta tres veces superior a su anterior récord histórico, recuerda Peter Major, analista del sector. Ahora que estos precios han caído y han vuelto a niveles más normales, esto pone a la industria bajo una gran presión, ya que ha habido grandes aumentos salariales, grandes proyectos de inversión y adquisiciones muy caras en este momento. »
Esperanzas en el coche de hidrógeno
Los precios ahora parecen haberse estabilizado y estas empresas mineras se sienten aliviadas al ver un renovado interés en los automóviles híbridos. Pero siguen esperando que la transición ecológica favorezca más a los vehículos de hidrógeno, que requieren platinoides.
“Realmente creemos que el hidrógeno es una fuente de energía interesante y que se desarrollará durante la próxima década”, dijo Craig Miller, director ejecutivo de Anglo American Platinum, el principal productor de platino del mundo. El papel que los platinoides pueden desempeñar se centra principalmente en la producción de hidrógeno y, a largo plazo (por el momento, no), en los vehículos de pila de combustible. »
Un optimismo que algunos analistas no comparten, dado el lento progreso, en los últimos 30 años, de las tecnologías que utilizan hidrógeno.