Las fuerzas de la Oficina Central de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (Ocrtis) dieron un duro golpe poniendo fin a las acciones de una red bien organizada de traficantes de drogas duras en Dakar. Como informa L’Observateur, la operación, cuidadosamente orquestada desde septiembre, condujo a la detención de dos autores intelectuales de esta red: el estadounidense Cornelus Von Hoover y el empresario senegalés Babacar Ndiaye, alias Kader.
Esta red, que suministraba cocaína y heroína a clientes adinerados en los barrios exclusivos de Ngor, Almadies, Yoff y Plateau, estaba estrechamente vigilada por agentes de Ocrtis. Una primera operación llevada a cabo en el hotel Madrague de Ngor permitió detener a Khérou Ngor, figura destacada de esta mafia, tras un violento enfrentamiento con la policía.
La continuación de las investigaciones, basadas en un intenso seguimiento y cuidadosos controles cruzados, reveló la implicación de Cornelus Von Hoover, un estadounidense que vive en Dakar, y Kader Ndiaye, un respetado administrador de la empresa. Los dos cómplices gestionaban hábilmente sus negocios, realizando operaciones de entrega de drogas al amparo de transacciones discretas. La investigación también destacó el papel central de una mujer camerunesa, que sirvió de enlace entre los narcotraficantes y sus clientes adinerados.
Según L’Observateur, la redada final se produjo el 16 de octubre, alrededor de las 19:30 horas, mientras Kader Ndiaye y Cornelus Von Hoover se preparaban para realizar otra entrega de droga en su vehículo. Perseguidos por elementos de Ocrtis, fueron interceptados cerca del Monumento al Renacimiento, a pesar de un intento desesperado de forzar el paso. Los allanamientos revelaron stocks de droga, dinero en efectivo y varios teléfonos móviles.
Cornelus Von Hoover, originario de California, tenía en su poder 21 bolsas de cocaína, “puffs” (cigarrillos electrónicos elaborados a base de cannabis) y una orden de e-cannabinoides. El empresario senegalés Kader Ndiaye no quedó fuera, al que se le incautaron drogas duras y un millón de francos CFA, además de elementos comprometedores encontrados durante registros en sus respectivos domicilios, en Thiès y Maristes.
Esta operación ejemplar de los detectives de Ocrtis supone un duro golpe para el tráfico de drogas en Dakar y demuestra la vigilancia constante de la policía frente a esta lacra que azota a la sociedad senegalesa.
