En un evento que marcará la historia de la exploración espacial, la astronauta de la NASA Christina Koch se convertirá en la primera mujer en pisar la Luna. Pero no es sólo su destreza científica e histórica lo que llama la atención. Durante esta misión excepcional, Koch vestirá un traje espacial diseñado en colaboración con la famosa casa de moda italiana Prada.
La primera mujer en ir a la Luna
Christina Koch, ingeniera eléctrica y astronauta desde 2013, no es ajena a batir récords. Ya ostenta el título de la estancia más larga en el espacio para una mujer, con 328 días en órbita a bordo de la Estación Espacial Internacional. Pero esta nueva misión es parte de un marco aún mayor: el programa Artemis III de la NASA, cuyo objetivo es enviar humanos de regreso a la Luna por primera vez desde la misión Apolo 17 en 1972.
Una alianza inesperada entre Prada y Axiom Space
Para esta misión excepcional, el astronauta no vestirá un traje cualquiera… sino a la moda italiana. Ya que fue Prada quien fue la elegida para participar en el diseño de los trajes espaciales. La casa de moda se ha asociado con Axiom Space, una empresa especializada en tecnologías espaciales, para ayudar a crear la próxima generación de trajes de exploración, diseñados para afrontar los desafíos extremos de las condiciones lunares.
A Prada, con su experiencia en materiales técnicos y precisión en el diseño, se le encomendó la tarea de mejorar tanto la funcionalidad como la comodidad de los trajes. Estos deben ser flexibles, duraderos y permitir una mayor movilidad al mismo tiempo que brindan la máxima protección contra las duras condiciones de la Luna, como temperaturas extremas, radiación solar y polvo abrasivo. La experiencia de Prada en el diseño de ropa de alto rendimiento se traduce en atención al detalle y el uso de textiles avanzados, una combinación de estética y tecnología. El director técnico de Prada, Lorenzo Bertelli, destacó que esta colaboración representa “un honor para la marca”, al tiempo que amplía “los límites de su experiencia en áreas aún inexploradas por la moda”.
Un traje espacial inclusivo
¿El aspecto esencial de esta nueva generación de trajes de neopreno? Su diseño inclusivo, adaptado tanto al tipo de cuerpo femenino como masculino. Históricamente, los trajes espaciales han sido diseñados abrumadoramente para hombres, con muy pocas adaptaciones para mujeres astronautas. Hasta el punto de llevar a situaciones grotescas, como la cancelación en 2019 del primer paseo espacial 100% femenino, por falta de trajes adaptados a las tallas femeninas.
Prada y Axiom Space, unidos para esta misión, trabajaron para solucionar este problema creando un traje capaz de adaptarse a diferentes tipos de cuerpo, al tiempo que proporciona la comodidad, movilidad y protección necesarias para misiones extremas. El hecho de que la primera mujer en caminar sobre la Luna pudiera hacerlo con un traje diseñado específicamente para las necesidades femeninas representa un progreso tangible en el reconocimiento de las distintas necesidades de las mujeres. Aunque quizás nos sorprenda que hayamos tenido que esperar hasta 2024 para finalmente investigarlo.
Entre el escepticismo y la celebración
Por supuesto, es imposible no percibir todo el aspecto “marketing” de la operación, ni preguntarse sobre la necesidad real de “dar glamour” a una exploración de la Luna realizada por primera vez por una mujer. La elección de Prada inevitablemente centra la atención en la casa de moda, desviando así la de la poseedora del récord Christina Koch. También surge la cuestión de la superficialidad del enfoque. ¿Los intereses mercantiles gozan de tal ubicuidad que una misión espacial se convierte en una oportunidad de promoción para una marca de moda?
No obstante, destacaremos, cualquiera que sea el interés que hay detrás, el pequeño paso adelante para la igualdad de género en un campo donde las mujeres históricamente han estado subrepresentadas. Esta asociación también tiene el mérito de abrir nuevas posibilidades en el mundo de la alta costura, demostrando que moda e innovación tecnológica están lejos de ser incompatibles. Prueba de que industrias tradicionalmente distintas pueden colaborar para resolver problemas complejos y atreverse a desempeñarse donde menos se esperaba.
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