El presidente francés, Emmanuel Macron, realizará una visita de Estado “a finales de octubre” a Marruecos para sellar el relanzamiento de la relación bilateral tras un largo período de frío, anunció el Elíseo el viernes a la AFP.
El rey Mohammed VI le envió el jueves una carta de invitación en esta fecha en la que saludaba “los horizontes prometedores que están surgiendo para nuestros dos países”, afirmó la presidencia francesa.
Esta visita será “una oportunidad para dar a nuestra asociación excepcional una visión renovada y ambiciosa que abarque varios sectores estratégicos y tenga en cuenta las prioridades de nuestros dos países”, añadió el Soberano según el Elíseo.
Recibe gratis nuestra edición diaria por email para no perderte las mejores novedades. ¡Registro gratuito!
Francia abrió el camino al calentamiento bilateral con un gesto hacia el Sáhara Occidental, antigua colonia española controlada principalmente por Marruecos pero reclamada por los separatistas saharauis del Frente Polisario.
Un vehículo del ejército marroquí pasando por restos de automóviles, tras la intervención de las fuerzas armadas reales de Marruecos en la región, en Guerguerat, Sáhara Occidental, el 24 de noviembre de 2020. (Crédito: Fadel Senna/AFP)
El 30 de julio, París reforzó su apoyo al plan marroquí –que propone un plan de autonomía bajo su soberanía– considerándolo ahora “la única base” para resolver un conflicto de casi 50 años.
El gesto era esperado por Marruecos, que ya había dado un paso importante al obtener a finales de 2020 el reconocimiento por parte de la administración estadounidense de Donald Trump de su soberanía sobre este territorio, a cambio de un acercamiento con Israel.
Bajo la presión de Rabat, Francia, antigua potencia colonial con una gran diáspora marroquí, finalmente cambió su posición después de Berlín y Madrid.
Ira de Argel
Partidarios de la independencia del Sáhara Occidental sostienen banderas del Sáhara Occidental y Argelia durante una manifestación en Burdeos, suroeste de Francia, el 12 de diciembre de 2020. (Crédito: Thibaud Moritz/AFP)
Sin reconocer expresamente el carácter “marroquí” del Sáhara, Macron coincidió entonces en que “el presente y el futuro [de ce territoire] entran en el marco de la soberanía marroquí.
El cambio de postura de Francia, como era de esperar, despertó la ira de Argel, que apoya a los separatistas saharauis y llamó inmediatamente a su embajador en París, sumiendo una vez más la relación bilateral en la confusión.
Los separatistas exigen un referéndum de autodeterminación planeado durante un alto el fuego en 1991 pero nunca organizado.
Este territorio, rico en aguas piscícolas y en fosfatos, tiene un importante potencial económico.
Al realizar finalmente esta visita, regularmente mencionada pero constantemente pospuesta desde 2022, Macron también pretende pasar página sobre una serie de otras tensiones.
La política de acercamiento que el presidente francés había iniciado con Argelia, mientras Argel rompía sus relaciones diplomáticas con Rabat en 2021, ya había irritado al máximo a Marruecos.
En 2021, también fue especialmente criticada la decisión francesa de reducir a la mitad los visados concedidos a los marroquíes. Como ocurre con otros países del Magreb, su objetivo era animar a Rabat a cooperar más en materia de inmigración ilegal. Pero poco más de un año después, París cambió de rumbo y su política de visas volvió a la normalidad.
Perspectivas económicas
Ilustrativo: Una mujer visita el sitio web del software espía Pegasus de fabricación israelí en una oficina en la capital chipriota, Nicosia, el 21 de julio de 2021. (Mario Goldman/AFP)
Por parte francesa, apenas apreciamos las revelaciones según las cuales los teléfonos de Macron y de los ministros habían sido atacados en 2019 por Marruecos, usuario del software espía israelí Pegasus, lo que Rabat desmintió.
El calentamiento franco-marroquí abre nuevas perspectivas económicas y comerciales para las empresas francesas, que han mantenido un perfil bajo en los últimos años ante la acumulación de disputas.
El día después de que París cambiara de posición, la empresa de ingeniería francesa Egis obtuvo un contrato para la ampliación de la línea de tren de alta velocidad entre Kenitra y Marrakech.
El Sáhara Occidental, con sus enormes recursos solares y eólicos, también es estratégico para el desarrollo económico del reino, que se ha volcado decididamente hacia las energías renovables y espera posicionarse en el mercado del hidrógeno verde.
Empresas francesas ya están presentes allí, en particular la empresa energética Engie para la construcción de una estación desalinizadora de agua y un parque eólico.
Francia tampoco desespera de recuperar sus relaciones con Argelia a pesar de este enésimo brote de fiebre.
Macron se declaró así decidido a continuar “el trabajo de memoria, verdad y reconciliación” con Argelia tras la reelección de su homólogo Abdelmadjid Tebboune el 7 de septiembre, a quien envió sus “más sinceras felicitaciones”.