El contingente es simbólico, pero refleja tanto el estancamiento actual de las relaciones entre China y Estados Unidos como el esfuerzo de Brasil por posicionarse entre las dos grandes potencias. Por primera vez, soldados chinos participan en una serie de ejercicios que organiza cada año el ejército brasileño. No sin cierta ironía, el entrenamiento conjunto, que se prolongará hasta el 17 de septiembre, se denomina “Operación Formosa”llamado así por la ciudad donde se desarrollan, a 80 kilómetros de Brasilia, pero que también es el nombre – “La Belleza” – que los marineros portugueses entregaron a la isla de Taiwán, hoy el mayor motivo de discordia entre Pekín y Washington.
La mayoría de los 3.000 hombres desplegados para esta reunión son brasileños, pero el ejército estadounidense envió 56 soldados y el Ejército Popular de Liberación, 33. Francia, Alemania y Sudáfrica también enviaron oficiales. Es la primera vez desde 2016 que Estados Unidos y China están presentes en ejercicios militares conjuntos. Como en 2014, el ejército estadounidense había invitado ese año a China a participar en el mayor ejercicio naval del mundo, Rimpac, que se realiza frente a las costas de Hawái cada dos años. Pero no lo ha invitado desde entonces, acusando a su principal competidor estratégico de militarizar el Mar de China Meridional, mientras que China denuncia estos ejercicios con más vehemencia que nunca como una prueba más de la búsqueda de hegemonía de Washington.
Brasil ha estado fortaleciendo sus vínculos con China desde que Luiz Inácio Lula da Silva regresó al poder, y ambos países han actuado como portavoces de las naciones del Sur. En julio, su gobierno anunció la intención de Brasil de sumarse a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China, un marco poco vinculante que China considera una validación del orden global que propone. Ese mismo mes, el ministro de Defensa chino, Dong Jun, recibió al jefe del ejército brasileño, Tomás Ribeiro Paiva, en Beijing. Ambos funcionarios militares expresaron su deseo de profundizar la cooperación.
La equidistancia diplomática de Brasilia
La parte estadounidense tuvo cuidado de no hacer comentarios sobre la presencia china. “El ejercicio Formosa ilustra la sólida alianza que se mantiene desde hace doscientos años entre Estados Unidos y Brasil”Eso fue todo lo que dijo Leonard Anderson, comandante del Cuerpo de Marines para el Sur.
Pero la equidistancia diplomática practicada por Brasilia permite de hecho un progreso simbólico, en un momento en que Pekín y Washington intentan reconstruir vías de diálogo, especialmente militares, desgarradas por los años de Trump, los de la pandemia de Covid-19 y luego el episodio, a principios de 2023, del sobrevuelo de territorio estadounidense por un globo espía chino.
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