Malas cosechas, epidemias animales… La crisis campesina ya está en la agenda de Michel Barnier, que tiene experiencia del mundo rural y de Bruselas.
Por segundo año consecutivo, el 8 de septiembre se organizó una misa en memoria de los agricultores que se suicidaron en Gontaud-de-Nogaret (Lot-et-Garonne). La profesión, afectada durante mucho tiempo por esta plaga (+77% de sobremortalidad para los agricultores), intenta secarse las lágrimas. Pero según la Mutualité sociale agricole, el fenómeno se está agravando. Y el malestar campesino, un tema explosivo, se impondrá muy pronto al nuevo primer ministro, un raro inquilino de Matignon, con Jacques Chirac, Michel Rocard y Edith Cresson, que ejerció, de 2007 a 2009, la función de ministro de Agricultura. “Conoce los expedientes, pero tal vez necesite una actualización urgente”, sugiere el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau.
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Los dirigentes sindicales y profesionales coinciden en que, al comenzar el curso escolar, el campo está de nuevo al borde de un ataque de nervios. “La impresión predominante es de exasperación, aunque nuestro trabajo nos obligue a apretar los dientes ante la adversidad”, resume Arnaud Rousseau, que pasó el fin de semana pasado por Doubs para Les Terres de Jim, la reunión anual de los Jóvenes Agricultores, un sindicato aliado. Los agricultores han pasado un verano muy malo debido a la multiplicación de las crisis, pero no han olvidado todo lo que se les prometió y no se hizo. La incertidumbre política de los últimos meses no ha hecho más que reforzar su ansiedad. ¡Nos decimos que nos han engañado!”.
La industria del vino se está desangrando
Como productor de cereales, el presidente de la FNSEA se ha visto afectado por la excepcionalmente mala cosecha de trigo, la más baja de los últimos cuarenta años en trigo blando destinado a la panadería, y la decepcionante calidad obligará al sector a destinar una parte de la producción a la alimentación animal.
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