La “fortaleza de Bercy” está a punto de estallar. Para su primer gobierno, Michel Barnier ha decidido repartir entre dos ministros las llaves de la economía y las finanzas que durante siete años ostentaba un solo hombre. Al poderoso Bruno Le Maire, número dos del gobierno anterior, le suceden dos macronistas treintañeros sin mucha notoriedad ni peso político propio, pero con experiencia en la vida parlamentaria.
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Antoine Armand, de 33 años, se convierte en ministro de Economía, Finanzas e Industria, noveno en el escalafón protocolario. Laurent Saint-Martin, de 39 años, encargado del presupuesto y de las cuentas públicas, hereda la misión más delicada del momento: ultimar un presupuesto para 2025 y frenar la preocupante deriva de las finanzas públicas. Sin embargo, más allá de esta importante redistribución de distritos, la elección del nuevo dúo anuncia sobre todo una gran estabilidad política. La línea económica de inspiración liberal defendida desde 2017 no debería cambiar.
La modificación de las fronteras de Bercy, objeto de negociaciones hasta el último minuto, se justifica oficialmente por una preocupación de eficacia. A lo largo de los años, Bruno Le Maire se ha convertido simultáneamente en responsable de la economía, las finanzas, la industria, la tecnología digital, la energía, el turismo y el comercio exterior, y ha contado con nada menos que tres ministros delegados y un secretario de Estado.
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No se espera ninguna ruptura
Durante la campaña legislativa, el presidente del RN, Jordan Bardella, había anunciado su intención, si llegaba a ser primer ministro, de dividir Bercy de la misma manera, con el fin de ” “fortalecer el control político sobre la administración”Separar al Ministro de Economía, llamado a apoyar a las empresas o sectores, del Ministro que gestiona los fondos públicos, podría también limitar ciertos gastos.
Tras la negativa de Laurent Wauquiez a suceder a Bruno Le Maire, la división de Bercy entre dos pesos ligeros políticos debería evitar, sobre todo, que Michel Barnier se convierta en un superministro. Sobre todo porque las cuestiones relacionadas con la energía volverán a estar bajo la responsabilidad de Agnès Pannier-Runacher, ahora ministra de Transición Ecológica y Energía. Y Laurent Saint-Martin depende directamente de Matignon. Con su jefe de gabinete, Jérôme Fournel, que hasta ahora dirigía el gabinete de Bruno Le Maire, el primer ministro tendrá así un control directo sobre el tema crucial del presupuesto.
Entre dos ministros con competencias más limitadas, el único riesgo es, por supuesto, que la dupla se convierta en un duelo, como ocurrió entre Pierre Moscovici (economía y finanzas) y Arnaud Montebourg (recuperación productiva) entre 2012 y 2014.
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