Veinte años desde que sucedió esto: un equipo francés en la final de la Euroliga femenina, la más prestigiosa de las Copas de Europa de baloncesto. Villeneuve-d’Ascq se ofreció el derecho a luchar por el título tras su victoria sobre el USK Praga (84-78), el viernes 12 de abril, en Mersin (Turquía).
Los norteños no se dejaron abrumar por la presión. Estaban jugando la primera “Final Four” de su historia, enfrentándose a oponentes que disputaban su tercera semifinal en tres años.
“Durante toda la temporada demostramos que merecíamos estar aquí y que podíamos ganar a los mejores equipos”insistió, en vísperas del partido, el interior estadounidense Kennedy Burke, mejor anotador de las Guerrières en Europa esta temporada (15,4 puntos de media).
Paradójicamente sus compañeras lo hicieron sin que ella brillara ante Praga (6 puntos). Ni la estrella en ascenso del baloncesto francés, Janelle Salaün, que sumó 15 puntos pero a menudo forzó sus tiros (6/13).
“Seguir compartiendo”
Pero con las 18 unidades de Kamiah Smalls, las 14 de Kariata Diaby, las 11 de Shavonte Zellous y las nueve de Caroline Hériaud, las líderes de la temporada regular del campeonato francés siguieron los preceptos de su técnico Rachid Meziane.
“Debemos seguir compartiendo como lo hemos hecho hasta ahora con seis jugadores que promedian más de 10 puntos en todas las competiciones. Aquí hay un poco de la idea sin revelar el plan de juego completo”.sonrió el que también es seleccionador de Bélgica al final del encuentro.
Para imitar al Valenciennes, coronado en 2004, Villeneuve-d’Ascq deberá derrotar el domingo al Fenerbahçe, defensor del título y ganador del equipo local Mersin (89-80), en la otra semifinal de este viernes.
