El debate sobre la transición a los vehículos eléctricos se centra a menudo en la lucha contra el calentamiento global. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Toronto destaca otro beneficio crucial: una salud pública significativamente mejorada.
Ahorro en el sistema sanitario y aire más limpio
El estudio, transmitido por The Ticker,
cifra los beneficios potenciales en una suma impresionante: entre 84 y 188 mil millones de dólares en ahorros en costos sanitarios para 2050. Una cifra vertiginosa y que se explica por la drástica reducción de la contaminación atmosférica relacionada con los vehículos de combustión interna.
Los investigadores compararon dos escenarios: el primero, donde los coches de gasolina siguen circulando, incluso volviéndose más eficientes, y el segundo, donde todos los vehículos nuevos vendidos en 2035 serán eléctricos. Este último escenario, alineado con las ambiciones de varios países, incluido Canadá, revela beneficios considerables para la salud pública.
En Francia, la situación es similar. Según ADEME, el sector del transporte es el principal emisor de gases de efecto invernadero, representando el 30% de las emisiones nacionales en 2023. El coche individual, que representa el 80% de los viajes franceses, contribuye en gran medida a esta contaminación. El cambio a la electricidad reduciría significativamente estas emisiones, particularmente en áreas urbanas densamente pobladas, donde la calidad del aire está más degradada.
Contaminantes en el visor
Los vehículos térmicos emiten multitud de contaminantes nocivos, incluidos óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre (SOx) y partículas finas (PM2,5). Estas sustancias son responsables de numerosas patologías respiratorias y cardiovasculares y afectan especialmente a las poblaciones más vulnerables, en particular a las que viven en barrios desfavorecidos, a menudo situados cerca de las carreteras principales. Se estima que la contaminación del aire es responsable de 40.000 muertes cada año en Francia, siendo los automóviles la principal fuente de esta contaminación.
“Los vehículos de combustión interna producen numerosos contaminantes atmosféricos que tienen un impacto significativo y cuantificable en la salud pública”, subraya la profesora Marianne Hatzopoulou, coautora del estudio. “Cuando hablamos de coches eléctricos, la gente suele pensar primero en la lucha contra el calentamiento global. Pero eliminar otros tipos de contaminación del aire es igualmente importante para nuestra salud. »
Beneficios que trascienden fronteras
Si bien el estudio se centra en Estados Unidos, sus conclusiones resuenan fuertemente en Europa, y particularmente en Francia. Francia apuesta por una transición energética ambiciosa, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono de aquí a 2050. El fin de la venta de nuevos coches térmicos también está previsto para 2035 en la Unión Europea.
Sin embargo, la transición a vehículos totalmente eléctricos no estará exenta de desafíos. Es imperativo descarbonizar la producción de electricidad para maximizar los beneficios para la salud. El estudio de la Universidad de Toronto destaca esto: si las centrales eléctricas continúan quemando combustibles fósiles, las ganancias potenciales podrían reducirse entre 32 mil millones de dólares y 71 mil millones de dólares.
¿Una transición energética imprescindible?
Francia, con su gran flota nuclear, tiene una ventaja en la producción de electricidad libre de carbono. Sin embargo, el desarrollo de las energías renovables (solar, eólica, hidráulica) sigue siendo crucial para garantizar una transición energética completa y sostenible. El gobierno francés también ha hecho de la transición energética una de sus prioridades. Se han puesto en marcha numerosas medidas para fomentar el desarrollo de las energías renovables, como ayudas financieras para la instalación de paneles solares o aerogeneradores, o convocatorias de licitaciones para la construcción de parques eólicos marinos.
Los investigadores canadienses insisten en que los vehículos eléctricos son sólo una pieza del rompecabezas. Para mejorar de manera sostenible la calidad del aire y la salud pública, es necesario adoptar un enfoque global, integrando la promoción de modos de transporte suaves (a pie, en bicicleta), el desarrollo del transporte público y la planificación urbana que promueva la reducción de las distancias a recorrer.
En Francia, muchas ciudades están emprendiendo este camino. Iniciativas como el desarrollo de carriles bici, la peatonalización de determinados barrios o el establecimiento de zonas de bajas emisiones (ZFE) tienen como objetivo reducir el papel de los coches individuales en las ciudades y fomentar modos de transporte alternativos.
Una elección individual con un impacto colectivo
El estudio de la Universidad de Toronto lo demuestra: optar por un coche eléctrico es una decisión con múltiples beneficios, tanto para el bolsillo como para la salud individual y colectiva. Por lo tanto, cada conductor tiene un papel que desempeñar en esta transición. Al elegir un vehículo eléctrico, no sólo ayudas a reducir tu huella de carbono, sino que también mejoras la calidad del aire y la salud de tu comunidad.
La transición a la movilidad eléctrica está en marcha. Los incentivos financieros, el cambio de mentalidad y los avances tecnológicos están favoreciendo su aceleración. Pero más allá del aspecto tecnológico, se avecina una verdadera revolución social, cuyo resultado será un medio ambiente más saludable y una mejor calidad de vida para todos. Los resultados de este estudio son un argumento más para acelerar el movimiento y hacer de la movilidad sostenible una realidad accesible para todos.
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