Según los analistas de Attijari global research (AGR), el Bank Al-Maghrib debería reducir su tipo de interés clave al 2,25% en 2025, reforzando una postura monetaria acomodaticia para apoyar la inversión y al mismo tiempo controlar las presiones inflacionarias.
En diciembre de 2024, Bank Al-Maghrib (BAM) redujo su tipo oficial al 2,5%, continuando una dinámica iniciada en junio. Esta decisión se basa en un control gradual de la inflación, estimada ahora en el 1% para todo el año, frente al 6,1% en 2023.
Los analistas de Attijari global research (AGR) prevén una nueva reducción del tipo oficial hasta el 2,25% en 2025, escenario posible gracias al regreso de los tipos reales a terreno positivo y al sólido anclaje del dirham a su cesta de referencia. Este movimiento se produce en un contexto marcado por notables avances en el frente inflacionario. Después de un pico histórico del 10% en febrero de 2023, la inflación cayó al 0,7% en octubre de 2024.
Esta trayectoria es el resultado de medidas presupuestarias específicas, como el apoyo a las cadenas agrícolas y la focalización progresiva de los subsidios. Sin embargo, las proyecciones para 2025 señalan un ligero aumento hasta el 2,4%, impulsado por factores externos, como tensiones geopolíticas y condiciones climáticas impredecibles.
Soplo de aire fresco
En este contexto, reducir los tipos constituye una palanca estratégica. Ofrece un soplo de oxígeno fiscal, ahorrando alrededor de 620 millones de dírhams en los intereses anuales del Tesoro, según la AGR. Este margen es fundamental para financiar prioridades nacionales, como la reconstrucción tras el terremoto, la transición energética o incluso las inversiones vinculadas a la organización del Mundial de 2030.
El esfuerzo de inversión pública previsto para el período 2025-2030 asciende así a 1.700 mil millones de dírhams, el equivalente a 1,2 veces el PIB nacional. Un nivel ambicioso que refleja la voluntad del Reino de transformar las limitaciones estructurales en oportunidades económicas.
Sin embargo, esta estrategia se basa en un delicado equilibrio entre financiar proyectos y preservar los equilibrios presupuestarios. Ante estos desafíos, el banco central está adoptando un enfoque mesurado. Su posicionamiento entre las tasas clave más bajas de la región ilustra el deseo de estimular la economía real manteniendo al mismo tiempo la estabilidad macroeconómica. Una política prudente pero proactiva, que pretende reforzar la confianza de los inversores, en apoyo del crecimiento económico previsto en el 3,9% en 2025.
Objetivo declarado: permitir a Marruecos posicionarse frente a las reticencias de la economía global.
Ayoub Ibnoulfassih / Inspiraciones ECO
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