El informe publicado recientemente, “Carbón 2024 – Análisis y pronóstico hasta 2027” de la Agencia Internacional de Energía (AIE), explora la compleja dinámica del carbón en un mundo que enfrenta crecientes desafíos energéticos. Aunque las ambiciones globales avanzan hacia una transición energética, el carbón sigue siendo una fuente clave para satisfacer la demanda de electricidad, particularmente en las economías emergentes.
En África, el consumo de carbón está experimentando un crecimiento moderado, impulsado principalmente por Sudáfrica, que enfrenta opciones estratégicas entre extender la vida útil de sus centrales eléctricas alimentadas con carbón o acelerar su transición. Además, Marruecos está iniciando una modesta reducción de su dependencia del carbón gracias al aumento de las energías renovables.
El informe también destaca el creciente impacto del carbón en sectores industriales específicos, como el acero en Zimbabwe, al tiempo que cita limitaciones relacionadas con la nueva infraestructura en Zambia. A pesar de algunos avances hacia alternativas sostenibles, el carbón sigue desempeñando un papel dominante en varias regiones, lo que refleja un delicado equilibrio entre el desarrollo económico y los imperativos ambientales.
Sudáfrica: el carbón, un pilar controvertido
Sudáfrica, el principal impulsor del consumo de carbón en África, sigue enfrentando un importante dilema energético. En 2024, se espera que la demanda de carbón en el continente alcance los 191 millones de toneladas (Mt), lo que supone un aumento de 6 Mt con respecto al año anterior. Este aumento se puede atribuir principalmente al mejor rendimiento de las centrales eléctricas alimentadas con carbón operadas por Eskom, el gigante energético sudafricano.
Con una abrumadora participación del 86% del consumo continental en 2023, Sudáfrica intensificará aún más su uso de carbón, alcanzando 165 Mt en 2024. Se espera que una ligera recuperación económica y una reducción de los cortes de energía (desconexión de carga) impulsen esta demanda. A pesar de los esfuerzos por aumentar la producción nuclear (+50%) y duplicar la de las energías renovables, el crecimiento continuo de la demanda de electricidad allanará el camino para 14 TWh adicionales generados a partir de carbón dentro de tres años.
A pesar de los compromisos con la transición energética, tres centrales eléctricas de carbón, que inicialmente se prometieron cerrar, seguirán funcionando hasta 2030. Como resultado, se espera que el consumo de carbón de Sudáfrica para la generación de electricidad alcance los 124 Mt en 2027. El futuro de la El sector dependerá en gran medida de opciones políticas: mantener y modernizar estas centrales eléctricas envejecidas o acelerar su retirada para favorecer energías menos contaminantes.
Marruecos: hacia una modesta reducción del carbón
Marruecos, el segundo mayor consumidor de carbón de África, muestra una trayectoria diferente. El Reino, que utiliza carbón exclusivamente para la producción de electricidad, verá disminuir ligeramente su demanda, de 9,7 Mt en 2024 a 9,0 Mt en 2027. Esta caída se debe principalmente a la integración de 6 TWh de capacidad renovable adicional, superando un aumento en el total. demanda de 4 TWh.
Esta dinámica confirma las ambiciones marroquíes de una transición energética controlada. La incorporación gradual de fuentes de energía renovables reduce la dependencia de los combustibles fósiles, aunque el carbón sigue siendo un componente clave de la infraestructura eléctrica actual.
Zimbabue, impulsado por la puesta en marcha de una acería por parte del grupo chino Tsingshan en marzo de 2024, ilustra un ejemplo de diversificación del uso del carbón en el continente. Mientras tanto, la puesta en servicio de una unidad de 335 MW en la central eléctrica de Hwange en agosto de 2024 aumentará el consumo anual de carbón térmico en alrededor de 1 Mt.
En Zambia, dos nuevas unidades alimentadas con carbón recibieron aprobación para abordar los cortes de energía relacionados con la sequía, aunque no se espera que entren en funcionamiento hasta 2027. Esto refleja una tendencia recurrente en la región: la dependencia del carbón en tiempos de crisis hídrica, a pesar de ambiciones de transición energética.
Para 2027, el consumo total de carbón en África alcanzará las 203 Mt, lo que refleja un crecimiento modesto. Esta progresión revela un contraste entre los esfuerzos por integrar las energías renovables y las necesidades inmediatas de electricidad en economías que aún dependen en gran medida de los combustibles fósiles. Entre las presiones ambientales y las realidades económicas, el carbón sigue siendo un pilar controvertido del panorama energético africano.
Las energías renovables en auge
Según el informe “Coal 2024” de la AIE, Asia sigue siendo el centro neurálgico del comercio internacional de carbón, con grandes importadores como China, India, Japón, Vietnam… y exportadores dominantes como Indonesia y Australia. Sin embargo, se espera que el comercio mundial comience a disminuir, particularmente en el caso del carbón térmico, como reflejo de la transición energética global.
A pesar de una estabilización esperada, los precios del carbón siguen siendo un 50% más altos que el promedio anterior a la pandemia (2017-2019), lo que refleja tensiones persistentes en el mercado. La producción mundial de carbón alcanzó su punto máximo en 2024, al igual que el comercio internacional con 1.550 millones de toneladas comercializadas.
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