Donald Trump, dentro de un mes, se instalará al mando de Estados Unidos y hará lo que le plazca, nadie lo duda. Ya es cuestión de ver los nombramientos sulfurosos para su gabinete que sigue impulsando. Será el hombre más poderoso del mundo. ¿El más influyente? ¡No estoy seguro!
Normalmente, no dedicaría más de treinta segundos a describir cómo los funcionarios electos en el Congreso de Estados Unidos logran o no llegan a un acuerdo sobre un presupuesto temporal. Se ha convertido en un pasaje obligado, un melodrama que se representa cada año al borde del precipicio que sería un cerrar del gobierno federal, una parálisis de los servicios y agencias del estado americano.
Si digo una palabra al respecto esta vez, es para resaltar cómo la primera versión de este proyecto de ley de presupuesto terminó en el basurero de la Historia. Sin embargo, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, siguió el camino tradicional hacia una solución: negociaciones entre republicanos y demócratas, compromisos que nunca agradan a nadie y, en general, un voto de aprobación que permita desbloquear los cientos de miles de millones de dólares necesarios para funcionar. el estado federado.
El “¡De ninguna manera!» del futuro presidente
Donald Trump se opuso, diciendo que había demasiado “gasto excesivo y ridículo” y exigió que el proyecto de ley incluyera un levantamiento del techo de la deuda, lo que le permitiría gastar lo que quisiera una vez al final del año.
Más notable, de hecho, es que antes de la fuerte desaprobación de Trump, Elon Musk había sacado la artillería pesada, bombardeando el proyecto de ley de presupuesto con una andanada de mensajes en su antigua plataforma social Twitter, para denunciar la orgía de gasto que resultaría de las negociaciones. entre demócratas y republicanos.
Fieles a las diatribas de Donald Trump, los mensajes de Elon Musk –más de un centenar en X– transmitían varias afirmaciones engañosas: que los funcionarios electos habían votado a favor de aumentos salariales del 40%, ¡falso! Que se destinaran tres mil millones de dólares a la construcción de un estadio de fútbol en Washington, ¡falso! Musk también respondió “SÍ” a un mensaje que proponía “cerrar el gobierno hasta el 20 de enero”. Eliminar toda la financiación. Todo estará bien durante 33 días. Falso también: según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el cerrar cinco semanas de 2018-2019 resultaron en una pérdida económica de aproximadamente tres mil millones de dólares.
Mucho más que un simple ciudadano
Dicho esto, lo que cabe destacar es la fenomenal influencia que está acumulando Elon Musk. Ya es el hombre más rico del mundo y posee, junto con X, el altavoz social más ruidoso del planeta, amplificado por su propio megáfono de 208 millones de suscriptores. Junto a Donald Trump, presidente recién elegido, no hay nadie con tanto ascendiente. ¡Piénsalo por un momento!
Elon Musk ya era la persona más poderosa en los negocios, el más poderoso en los medios y, tal como lo vemos ahora, el hombre más poderoso en la política, todo ello sin haber recibido un solo voto en las últimas elecciones estadounidenses. Lo veríamos como una forma de golpe de Estado que difícilmente sería exagerado.
Elon Musk, todo menos un ciudadano común y corriente
¡Y sólo tiene 53 años!
* Principal asesor de Donald Trump
* Secretaria del flamante Departamento de Eficiencia Gubernamental
* Gerente de cuatro empresas:
–Tesla
– EspacioX
– Neuralink
– La empresa aburrida
* Padre de doce hijos, once de los cuales aún viven, de edades comprendidas entre un año y medio (Techno “Tau” Mechanicus) y veinte años (las gemelas Griffin y Vivian Jenna)
* Su fortuna, estimada en 440 mil millones de dólares, lo convierte en el hombre más rico del mundo y uno de los más ricos de todos los tiempos.
Related News :