Un nuevo tipo de radar debería generalizarse en las carreteras y calles de Francia a partir de 2025. Pero a diferencia de otros dispositivos, sólo penalizará una molestia muy específica.
Los radares han evolucionado notablemente en los últimos años, volviéndose cada vez más sofisticados. Si bien los conductores siguen conociendo las cabinas clásicas que castigan el exceso de velocidad, últimamente han aparecido otros modelos en las carreteras de Francia. Algunos dispositivos rastrean el uso del teléfono mientras se conduce o detectan la falta de uso del cinturón de seguridad. Otros pueden controlar el número de pasajeros en los carriles compartidos. Pero hay algo nuevo en el horizonte, con un objetivo muy diferente.
De hecho, tras un período de pruebas en diversas zonas (París, Niza, Toulouse, etc.), un nuevo sistema se encuentra en fase de aprobación: el radar con cancelación de ruido. A diferencia de sus predecesores, este sistema no se interesa por la velocidad o el comportamiento de los conductores, sino por la contaminación acústica provocada por los vehículos. Apodado “radar medusa” por su forma, puede medir con precisión los decibeles emitidos por motores, escapes y otras bocinas. Y así sancionar a los vehículos que superen el umbral de ruido autorizado.
Porque, además de micrófonos ultrasensibles, el radar de cancelación de ruido también está equipado con cámaras para identificar con precisión la fuente del ruido. Los conductores de motocicletas manipuladas, que a menudo participan en rodeos urbanos nocturnos, así como los conductores que utilizan escapes modificados, son un objetivo especial. Los vehículos pesados con motores ruidosos no se quedarán al margen. Estos dispositivos ya han demostrado su eficacia en el extranjero, especialmente en Suiza, donde han permitido reducir considerablemente la contaminación acústica en determinados tramos de la carretera.
Las pruebas realizadas en Francia demostraron que estos radares podían detectar infracciones de ruido en un radio de 15 metros alrededor de la cabina. Identifican vehículos que emiten más de 85 decibeles, umbral considerado perjudicial para la salud por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según este último, la contaminación acústica es la segunda causa de enfermedades relacionadas con el medio ambiente en Europa, justo detrás de la contaminación atmosférica. En última instancia, los vehículos demasiado ruidosos serán sancionados con una multa de 135 euros. Los conductores de vehículos de dos ruedas ruidosos, camiones en mal estado e incluso automóviles que utilicen excesivamente la bocina podrían ser multados.
Estos radares con cancelación de ruido marcan una nueva etapa en la vigilancia vial. Además de la seguridad, su objetivo es mejorar la calidad de vida, especialmente en las zonas urbanas. Sus partidarios esperan que ayuden a calmar las ciudades. Sin embargo, su generalización podría provocar tensiones, especialmente entre motociclistas y transportistas, que consideran excesivas estas medidas.
El despliegue a gran escala de radares de cancelación de ruido debería comenzar en la primavera de 2025. Si estos dispositivos logran reducir significativamente las molestias, su instalación podría extenderse rápidamente a todo el territorio francés. Completarán así el arsenal de radares actuales, cada vez más inteligentes y versátiles, con un objetivo: hacer que nuestras carreteras sean más seguras y pacíficas.
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