Desde su lanzamiento en marzo de 2022, Flexibus ha sido operado por Taxi Coop. Sin embargo, poco a poco, en poco más de dos años, el servicio dejará de depender de este proveedor externo, ya que el Réseau de transport de la Capitale (RTC) confiará su funcionamiento a sus conductores.
Este cambio es resultado del nuevo convenio colectivo firmado en 2023, que prevé la repatriación interna a partir de 2027, con una retirada total del sector privado a más tardar en 2030. Una “ganancia importante”, subrayó luego el sindicato, que hizo campaña a favor. del fin del recurso a la subcontratación.
Pero, ¿sentar a los conductores de RTC al volante de pequeñas furgonetas tipo taxi-bús proporcionará beneficios económicos a la empresa de transporte?
En respuesta a una solicitud de acceso a la información realizada por el gabinete oficial de oposición en el Ayuntamiento de Quebec y consultada por El solla RTC no dice nada al respecto. “No existe ningún documento” sobre comparaciones de los costos operativos de Flexibus entre un proveedor privado y una reanudación de actividades internamente, se lee en el documento oficial.
La empresa de transporte tiene en sus manos “varios escenarios financieros hipotéticos”, afirmó el lunes la portavoz Raphaëlle Savard en una declaración escrita enviada a la sol.
“Los elementos relacionados con el modo de funcionamiento de Flexibus deben discutirse primero con los sindicatos antes de especificar los costos exactos de operación del servicio por parte de la RTC”, explica. Aún debe crearse una comisión de trabajo en la que participen los sindicatos con vistas a integrar el servicio “y, por lo tanto, con la evolución de las discusiones, eventualmente podremos hablar de un coste total preciso”.
“Improvisación” o “falta de transparencia”
“No hay nada en lo que nos cuentan que nos tranquilice y que nos muestre que la RTC no avanza a tientas en esto”, reaccionó en una entrevista el lunes el líder de la oposición oficial, Claude Villeneuve.
Su equipo quería comprobar el “impacto en las finanzas de la RTC” asociado al fin de la subcontratación del servicio Flexibus, pocos días antes de la presentación de las auditorías de gestión de las empresas de transporte ordenadas por el gobierno de Legault.
En su informe publicado a principios de noviembre, la firma Raymond Chabot Grant Thornton concluía que la subcontratación de servicios prestados por empresas de transporte, como la operación de rutas de autobús o el mantenimiento, podría suponer importantes ahorros de 72 millones de dólares anuales.
“El sector privado puede resultar beneficioso”, declaró la ministra de Transportes, Geneviève Guilbault, reaccionando a esta recomendación, planteando de paso “cláusulas de convenio colectivo que impiden tener la flexibilidad necesaria” para utilizarlo.
“Una de las recomendaciones importantes de la auditoría es avanzar hacia la subcontratación. Sin embargo, en Quebec vamos en la dirección opuesta”, subraya el líder de la oposición oficial.
“Cuando mencionamos el tema, el alcalde dijo que no se trataba de tocar eso. Bruno Marchand mantiene esta orientación, sin saber cuál es el impacto financiero. Consideramos que estamos poniendo en riesgo a la RTC”, se preocupa Claude Villeneuve, recordando que, en términos de resultados financieros, la Red de Transportes de la Capital ocupa el noveno lugar entre las diez empresas de transporte estudiadas en las auditorías.
Como en el caso del impuesto de matriculación, para el cual la RTC confió en la alcaldía para revelar los análisis financieros elaborados – petición rechazada por la ciudad de Quebec – la oposición oficial denuncia una “falta de transparencia”.
“Tal vez la RTC improvise, tal vez no, pero en cualquier caso no es transparente”, afirma Villeneuve.
“Varias victorias”
Más allá de las repercusiones financieras, la RTC sostiene que se obtendrán “varias ganancias” al operar Flexibus internamente.
“Mejorar la uniformidad del servicio ofrecido”, “aumentar su flexibilidad operativa”, “mejor control de la experiencia del cliente”, enumera la portavoz Raphaëlle Savard, sin olvidar que “el funcionamiento de Flexibus responde a una petición de los conductores y estamos orgullosos poder atribuir el éxito de este servicio a los equipos de RTC”, añade.
En cuanto a los beneficios de recurrir al sector privado, según lo expuesto por Raymond Chabot Grant Thornton, la RTC expresa dudas.
“Es cierto que el informe cita la subcontratación como una solución para reducir los costos operativos, pero el informe no lo demuestra. Cada servicio subcontratado difiere dependiendo del uso del servicio y de los convenios colectivos firmados con los sindicatos”, argumentamos.
En cinco años (2022-2027), la inversión en Flexibus se estima en 21,5 millones de dólares.
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