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Coche eléctrico: el recorte de las ayudas a la compra hace temer un desplome de las ventas

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Actualmente, valorado en 4.000 euros (7.000 euros para los hogares con menores ingresos), ¿se reducirá al mínimo el bono ecológico por la compra de un coche eléctrico en 2025? En medio de los debates sobre el presupuesto estatal para el próximo año, una cosa es segura: el gobierno quiere recortar la dotación global (1.500 millones de euros en 2024) que permite financiar las primas ecológicas, el arrendamiento social y la prima de reconversión. Se señaló que este último, también llamado “bono de desguace”, que permite cambiar un vehículo muy contaminante por un modelo más reciente y virtuoso, será suprimido, “para concentrarse en el bono ecológico”, argumenta un funcionario del Ministerio. de la Economía.

El arrendamiento social se considera demasiado caro

Por lo demás, los arbitrajes aún no se han realizado y darán lugar a decretos que podrían publicarse a finales de año. ¿Dónde están las discusiones? “Sabemos que el plan del gobierno es reducir la dotación a 700 millones de euros en 2025, lo que constituye una reducción muy significativa”, dijo a Télégramme Marc Mortureux, director general de la Plataforma del Automóvil (PFA). El representante de la industria del automóvil en Francia dice que “teme que la reducción del bono ecológico sea mucho más grave que pasar de 4.000 a 3.000 euros, la trayectoria que habíamos previsto”.

“Estamos negociando con el Gobierno la consagración de la prima, a un nivel suficiente para acelerar la ecologización del parque automovilístico”, asegura un portavoz del sindicato Mobilians, antiguo Centro Nacional de Profesiones del Automóvil.

En cuanto al arrendamiento social, iniciado este año, y que ha permitido a 50.000 clientes acceder a coches eléctricos por, muchas veces, menos de 100 euros al mes, los profesionales del sector coinciden en que hay que renovar su “configuración, porque era muy cara”.

El precedente alemán

La preocupación es evidente entre los fabricantes y distribuidores de automóviles, ante la hipótesis de una bonificación ecológica reducida o que ya no estaría reservada sólo a los hogares modestos, mientras que son los más ricos los que más se dotan de “vatios”: “Corremos el riesgo de reducir drásticamente compras de vehículos eléctricos”, teme Marc Mortureux. “Sería embarazoso eliminar esta ayuda porque es útil para hacer que una nueva ola de personas, tras la de los “early adopters” (early customer), se decanten por los coches eléctricos”, analiza Éric Champarnaud, cofundador de la consultora C. -Maneras. El experto señala, sin embargo, “que al abrir los bonos a todo el mundo, también se los damos a las personas que no los necesitan para comprar un coche eléctrico”.

El sector automovilístico francés es consciente de las consecuencias del fin de la bonificación en Alemania, que provocó un desplome de la cuota de mercado de los coches eléctricos, que pasó del 18% al 13% en un año. En Francia, el año 2024 ya se presenta más sombrío de lo esperado, con una cuota de mercado estancada en el 17%.

“Nuestra industria está bajo presión”

Sin embargo, los fabricantes franceses han invertido miles de millones en el desarrollo de modelos eléctricos con vistas al final de las ventas de nuevos coches térmicos previsto en Europa para 2035. “Nuestra industria está bajo una tensión considerable con esta transformación muy difícil de llevar a cabo, mientras que los chinos la competencia es muy fuerte”, recuerda Marc Mortureux. “Si se reduce la bonificación, se favorecerá aún más a los fabricantes chinos, cuyos coches son mucho más baratos, incluso si la Unión Europea ha aplicado impuestos a su importación”, añade Mobilians.

Los fabricantes europeos también están obligados a vender suficientes coches eléctricos para mejorar su huella de carbono, de lo contrario tendrán que pagar multas muy elevadas el próximo año. Para cumplir los objetivos, la cuota de mercado de los coches eléctricos debería rondar el 22% en Europa en 2025, muy por encima del 13% esperado para este año 2024.

Según la PFA, las dificultades del mercado eléctrico no son culpa de los fabricantes, que están “jugando el juego”: “El problema viene de la demanda. El consumidor, debido al precio de los coches, todavía no está preparado, de forma espontánea, para pasarse a lo eléctrico al ritmo que Europa ha decidido imponer a los fabricantes. La llegada de modelos más baratos como los Renault R4 y R5 o el Citroën ë-C3 podría cambiar la situación incluso si la diferencia de precios entre un modelo térmico y su equivalente eléctrico sigue siendo significativa.

¿Será necesario mantener este mercado por mucho más tiempo? “No queremos en absoluto que se subvencionen a largo plazo, no es saludable, más bien apuntamos a una trayectoria gradual de reducción de las ayudas”, responde Marc Mortureux. “Seguramente todavía serán necesarios dos o tres años de subvenciones para que el coche eléctrico esté bien arraigado en las calles y en las mentes, para que el precio de compra haya bajado lo suficiente y el mercado de segunda mano esté bien consolidado”, juzga Eric Champarnaud.

Los fabricantes también esperan que aparezcan nuevos dispositivos que animen a las empresas con malos resultados en este ámbito a electrificar sus flotas de automóviles. El mercado de segunda mano, que podría acelerar la democratización de los vehículos eléctricos, se nutre especialmente de estos modelos profesionales.

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