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Nuevas pérdidas anuales para ThyssenKrupp, en introspección

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El conglomerado industrial alemán ThyssenKrupp informó este martes de una nueva pérdida anual neta para su escalonado ejercicio 2023/2024, en pleno reflejo de su reestructuración y de la persistente crisis de su división siderúrgica.

El grupo Essen se vio afectado por una “demanda significativamente más débil” en la industria del automóvil, la ingeniería y la construcción, lo que provocó una pérdida de 1.500 millones de euros (1.400 millones de francos) después de 2.000 millones durante el ejercicio anterior.

La división siderúrgica, que concentra los reveses del grupo en crisis, vio caer su facturación un 18%, hasta 10.700 millones de euros, debilitada por la competencia del acero chino y el aumento de los precios de la energía en Alemania.

La principal fuente de ingresos del grupo, la rama especializada en materiales, también cayó un 11%.

Ambos pesan sobre las ventas totales del grupo, que disminuyeron un 7% hasta los 35.000 millones de euros.

Por otro lado, las tecnologías de descarbonización (+19%) y la filial de submarinos TKMS (+16%) mejoraron su facturación.

La débil demanda mundial provocó, en particular, una caída del 11% en los pedidos del grupo, hasta 32,8 mil millones de euros, a los que sólo se mantuvieron inmunes los submarinos, con un aumento del 53% en los pedidos.

Volver a las ganancias

El ejercicio 2023/2024, finalizado a finales de septiembre, fue “un año de transición hacia la consecución de nuestros objetivos financieros a medio plazo, incluso en un contexto difícil”, asegura el presidente Miguel López en un comunicado.

Para el próximo ejercicio, el grupo Essen espera salir de números rojos, con un beneficio neto esperado de entre 100 y 500 millones de euros.

El conglomerado espera un crecimiento de las ventas de hasta el 3%, gracias a una “estabilización de la demanda en el segundo semestre” en sectores afectados, en particular el acero.

ThyssenKrupp quiere presentar antes de finales de 2024 un plan de reestructuración para su rama siderúrgica, lastrada por el aumento de los costes energéticos y las importaciones masivas de acero chino barato.

En abril, esta división histórica que emplea a 27.000 personas fue adquirida en un 20% por el holding EPCG del multimillonario Daniel Kretinsky, ante la ira de los sindicatos.

A finales del verano, su antiguo jefe y varios miembros del consejo de supervisión dimitieron en protesta contra el jefe Miguel López.

El grupo de 100.000 personas está considerando abandonar determinadas actividades.

Según el periódico alemán Handelsblatt, ThyssenKrupp podría sufrir un gran desmantelamiento, separándose de su rama siderúrgica, de TKMS e incluso de sus actividades en los sectores de materiales, automóviles y construcción.

/ATS

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