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Creador de éxitos mundiales desde Frank Sinatra hasta Michael Jackson, el productor y trompetista de jazz estadounidense quincy Jones, cuyo fallecimiento a los 91 años fue anunciado el lunes, marcó su época al consagrarse como un destacado compositor con una carrera multipremiada.

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En un entorno en el que los productores suelen trabajar en la sombra, el músico, compositor, arreglista y productor es uno de los pocos que ha salido a la luz, destacándose como un referente de la música estadounidense de la segunda mitad del siglo XXII.

“Falleció pacíficamente” en su casa de Los Ángeles, en presencia de “sus hijos, sus hermanos y su familia más cercana”, anunció el lunes su secretario de prensa, Arnold Robinson, en un comunicado.

“Si bien esta es una pérdida increíble para nuestra familia, celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él”, dijo su familia. “Gracias a su música y a su amor ilimitado, el corazón de quincy Jones luchará por la eternidad”, añadió.

La vida del compositor coquetea con las hermosas historias del Tío Sam: nacido en 1933 en una ciudad de Chicago golpeada por la Gran Depresión, de madre esquizofrénica y padre carpintero, quincy Delight Jones Jr., su nombre real, se topó con un piano cuando tenía 11 años. Es una revelación, la primera nota de su vida como artista.

En sus memorias, describe su encuentro con Ray Charles como una “bendición”, ya que este anciano, con quien interactuó cuando era adolescente en clubes locales, lo guió en su aprendizaje musical.

Poco a poco las colaboraciones se suceden, el ritmo se vuelve frenético: quincy Jones compone para cantantes de diferentes mundos y trabaja habitualmente con Frank Sinatra.

28 premios Grammy

Su currículum ya estaba bien surtido cuando vivió el punto de inflexión definitivo en su carrera, en 1978, gracias al encuentro con Michael Jackson, que buscaba explorar nuevos sonidos.

La química entre Jackson, Jones y el ingeniero de sonido Bruce Swedien es más que simples chispas. De él nacieron los tres mejores álbumes del “Rey del pop”: “Off the wall” (1979), “Bad” (1987) y sobre todo “Thriller” (1982), el disco más vendido de la historia, más de 100 millones. copias.

Ecléctico y trabajador, quincy Jones ha lanzado más de 400 discos y ganó 28 premios Grammy, lo que le valió el estatus de leyenda viviente.

En 1961, también fue el primer afroamericano en acceder a un puesto directivo en la industria discográfica, convirtiéndose en vicepresidente del sello Mercury Records.

En Montreux como en casa

quincy Jones llegó por primera vez a MJF en 1990. Fue coproductor entre 1991 y 1993. Fue el comienzo de una gran amistad con Claude Nobs, quien lo llamó su ‘hermano de otra madre’.” , recordó Mathieu Jaton.

En 1991, el dúo organizó un golpe maestro, el legendario concierto de Miles Davis, fallecido pocas semanas después. De, quincy Jones regresaba cada año, organizando grandes veladas a medida con músicos de todos los continentes y generaciones: desde Phil Collins hasta Petula Clark, pasando por Al Jarreau, Herbie Hancock, Simply Red e incluso Jon Batiste.

“Desde la muerte de Claude Nobs en 2013, quincy ha redoblado su presencia y disponibilidad”, afirma Mathieu Jaton. “En 2019, el concierto de su 85º aniversario reunió a toda una joven generación de artistas, en un momento muy simbólico. Desde el Covid no ha regresado por motivos de salud”.

“Al igual que Claude Nobs, quincy Tenía una visión amplia de la música y se interesaba por todos los estilos. Lo que contaba era la calidad. Fue el primero en llevar el hip hop a Montreux a principios de los años 90. También dio una enorme credibilidad al festival”, subraya el director del MJF.

Cuando quincy Jones llegó a Montreux y declaró: “Estoy de vuelta en casa”. “Incansable, siempre tuvo proyectos increíbles. Asistía a sesiones improvisadas, le encantaba descubrir músicos jóvenes. Conoció nuevos talentos en Montreux, como Jacob Collier o Alfredo Rodríguez, a quien tomó bajo su protección como productor y mentor, fue Siempre disponible”, señala Mathieu Jaton.

televisión y cine

Prolífico en la música y en la familia -tuvo siete hijos-, “Mr. Q”, como apodaban a este polifacético, se había volcado también en la producción cinematográfica (“El color púrpura”, de Steven Spielberg, 1985) y en series como “The Fresh Príncipe de Bel-Air”, que reveló Will Smith.

Comprometido, el productor consiguió reunir a un panel de estrellas, desde Bob Dylan hasta Bruce Springsteen pasando por Cyndi Lauper, para la exitosa canción benéfica “We are the world” (1985), grabada por el “supergrupo” “USA for Africa” ​​y dedicada a la lucha contra el hambre en Etiopía.

Con Keystone-ATS

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