Con una actualización muy esperada, el gobierno francés finalmente ha desvelado su nueva hoja de ruta energética y climática. La Estrategia Nacional Baja en Carbono (SNBC3) y el Programa Plurianual de Energía (PPE) reflejan las grandes ambiciones y críticas sobre los desafíos a afrontar de aquí a 2030 y 2050.
Una nueva estrategia energética para reducir las emisiones
El SNBC3, publicado tarde, plantea los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de Francia. Con el objetivo de alcanzar una reducción del 50% con respecto a 1990 para 2030, Francia cumple así las directivas europeas más estrictas. Esta ambición marca una aceleración significativa, pasando de una reducción media del 2% anual entre 2017 y 2022 a una reducción necesaria del 5% anual. Según la oficina del Ministro de Transición Ecológica, Francia ya ha reducido sus emisiones un 5,8% en 2023 y continuará este impulso en 2024.
La nueva programación también ajusta el presupuesto de carbono para 2024-2028, reduciéndolo de 359 a 333 millones de toneladas de CO2, una medida debida en parte a las incertidumbres sobre las capacidades de absorción de los sumideros de carbono. A pesar de una caída en la capacidad de absorción estimada para los próximos años, el gobierno sigue confiando en su capacidad para alcanzar estos nuevos objetivos a través de diversas medidas e innovaciones en sectores clave como la construcción y la industria.
Industria y construcción en primera línea
Se espera que los sectores de la construcción y la industria contribuyan en gran medida a esta transición. El gobierno se ha fijado objetivos ambiciosos Reducción de emisiones del 62% para los edificios y del 68% para la industria para 2030. Esto incluye la renovación energética de cientos de miles de viviendas cada año, respaldada por incentivos como “MaPrimeRénov’”. Además, el sector del transporte no se queda al margen, con objetivos de reducir las emisiones en un 27%, favorecido por un impulso hacia la electrificación de los vehículos.
A pesar de ser un documento denso, el PPE carece de precisión sobre los objetivos específicos de las energías renovables, una deficiencia criticada tanto por las autoridades europeas como por las asociaciones ecologistas. Francia apunta a un 35% de energía renovable en su consumo de energía final para 2030un objetivo inferior al 44% solicitado por la Unión Europea, creando así potencial de litigio.
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