CRÓNICA – Un nuevo shock fiscal destruiría lo poco que queda de crecimiento, inversión y creación de empleo, al tiempo que sacrificaría a las clases medias y empobrecería a los franceses.
Después de 50 años de déficit, Francia ha perdido completamente el control de sus finanzas públicas. El déficit anunciado en el 5,1% del PIB superará el 6% en 2024 y alcanzará entre el 6,5% y el 6,7% en 2026 y 2027. La deuda, que asciende a 3.230 millones de euros a mediados de 2024 -o el 112% del PIB y 47.500 euros- por cada francés – se disparará hasta alrededor del 125% del PIB en 2027.
La deuda francesa se ha vuelto insostenible. Presupuestariamente porque su servicio se acercará a los 100 mil millones de euros en 2027 (frente a los 40 en 2021). En el plano financiero, porque nuestro país tendrá que pedir prestado 315.000 millones de euros a partir del año que viene, principalmente de inversores extranjeros, y el crecimiento nominal es ahora inferior a los tipos de interés. Económicamente porque la demografía se desploma (1,67 hijos por mujer), la productividad ha caído un 6% desde 2019, el déficit público tiene como corolario el de la balanza comercial (100 mil millones…
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