La situación es la contraria a la de 2022: la producción de electricidad nuclear vuelve a aumentar, la capacidad eólica fotovoltaica se dispara, pero el consumo no se mantiene a la par. Los precios caen, lo que penaliza a las compañías energéticas.
¿Se producirá una electrificación de los usos? Todo el modelo económico francés de producción de electricidad se basa en esta hipótesis. Para reducir sus emisiones de CO₂, el país privilegiará los electrones en detrimento de los hidrocarburos. Para ello es necesario dotarse de medios de producción adicionales: inicialmente, energía eólica y fotovoltaica y, a más largo plazo, reactores nucleares adicionales, algunos de los cuales podrían ser más pequeños que los actuales (SMR y AMR).
EDF se encuentra en el centro de este sistema. El grupo debe financiar nuevas capacidades de producción, principalmente las seis EPR2 y las renovables, al tiempo que invierte en las redes de transmisión (RTE) y distribución (Enedis). Todo ello con un coste: más de 250.000 millones de euros en poco menos de tres décadas.
Según el primer escenario RTE que permite alcanzar los objetivos de descarbonización y reindustrialización en 2030 y 2035, el consumo…
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