“Por tu salud, evita comer alimentos demasiado grasos, demasiado dulces o demasiado salados.”, advierte el Programa Nacional de Nutrición y Salud. Pero Pleinchamp invita a disfrutar de las patatas fritas, con moderación, porque es la industria de los productos transformados la que está impulsando el crecimiento del sector. Buenas noticias en estos tiempos sombríos.
Según el último informe de actividad del 6 de enero de 2025 del Comité Nacional Interprofesional de la Patata para la campaña 2023-2024, Francia, que ya es el primer exportador mundial, vio sus ventas de exportación alcanzar un aumento histórico del 10% en volumen. Las superficies cultivadas aumentaron un 7,3% en un año. Esta expansión, combinada con las dificultades de producción en los Países Bajos, impulsó las exportaciones francesas a casi 1.200 millones de euros.
Un apetito insaciable al que no le falta sal
El crecimiento de la papa está impulsado por la demanda industrial nacional y europea. Las exportaciones de productos de patata congelados, por ejemplo, aumentaron un 16,7%, superando a Alemania con más de 500.000 toneladas exportadas. Este dinamismo se refleja en la instalación de nuevas plantas procesadoras en la región, entre ellas tres belgas. Un nuevo sector dinámico que no debe pasarse por alto porque la mayoría de nuestras patatas se exportan para ser procesadas en otros lugares y regresar a nuestros platos. ¡Es una pena!
El caso Brets, David contra Goliat
El ejemplo del grupo francés Altho, con sede en Morbihan y su marca Brets, 100% made in France, ilustra esta dinámica de transformación en la región. Número 2 en el mercado francés de patatas fritas, detrás del gigante americano Lays (Perpsico), el grupo factura 280 millones de euros y ya prevé la apertura de una tercera fábrica en 2026, para satisfacer el apetito feroz de los aficionados a las patatas fritas francesas de calidad. ¡que además son tremendamente crujientes y locavores!
salsa de papa
Sin embargo, la producción sigue siendo un desafío constante. El tubérculo es sensible a la presión sanitaria y a las condiciones climáticas. Las fuertes lluvias de finales de 2024 ralentizaron los periodos de siembra, dejando dudas sobre la campaña 2025-2026. El aumento del número de productores también podría provocar precios más bajos.
A pesar de estas incertidumbres, la patata sigue teniendo patata. Los franceses consumen casi 50 kg per cápita al año, por lo que no es un mercado que probablemente se quede sin fuerza. Amantes de las raclettes, tartiflettes, gratinados o trufas, disfruten, ¡cada bocado es un acto activista!