China inició recientemente la tercera fase de su Fondo de Inversión en la Industria de Circuitos Integrados, a menudo denominado “Gran Fondo III”, inyectando la friolera de 344 mil millones de yenes (alrededor de 47 mil millones de dólares) para apoyar el sector de semiconductores de su país. Oficialmente operativo desde el 31 de diciembre de 2024, el fondo ha reservado 93.000 millones de yenes iniciales (12.685 millones de dólares) para empresas centradas en materiales de fabricación de chips y equipos de producción.
Gestionado por Huaxin Investment Management, este último tramo marca el mayor impulso de Beijing hacia la autonomía de los semiconductores, superando el total de las dos primeras rondas combinadas. En 2014, la fase inicial recaudó 138.700 millones de yenes (18.900 millones de dólares), luego 204.100 millones de yenes (27.800 millones de dólares) en 2019.
La decisión de China de inyectar estos fondos se debe al endurecimiento de los controles de exportación de Estados Unidos que limitan el acceso a tecnologías de chips de vanguardia. Rondas de inversión anteriores ya han arrojado algunas victorias, como el despliegue por parte de SMIC de chips de 7 nm para los teléfonos Mate 60 de Huawei y la producción de chips de memoria por parte de YMTC para la gama Pura 70.
Sin embargo, el programa no ha estado libre de reveses. En 2022, las investigaciones de corrupción se han centrado en varios administradores y funcionarios de fondos. Además, el proyecto de fabricación de semiconductores Wuhan Hongxin fracasó a pesar de una importante financiación gubernamental y se cerró oficialmente en junio de 2021 sin haber entregado un solo chip comercial.
Para poner las cosas en perspectiva, si bien 12.685 millones de dólares no es poca cosa, no es suficiente para superar los presupuestos anuales de I+D de los principales fabricantes de equipos de chips como ASML (4.308 millones de dólares en 2023) y Applied Materials (3.233 millones de dólares en 2024). En general, el tamaño total del fondo ronda los 53.000 millones de dólares exigidos por la Ley CHIPS de Estados Unidos.
Según Linghao Bao, analista senior de Trivium China, las restricciones a las exportaciones estadounidenses podrían estimular una innovación aún más rápida en China a medida que las empresas nacionales buscan chips de tecnología local para reemplazar las soluciones extranjeras. Un ejemplo concreto: Alibaba habría puesto su mirada en Huawei como fuente de suministro de chips de inteligencia artificial, ahora que Nvidia se enfrenta a limitaciones de ventas en el mercado chino.