Después de estar entusiasmados con el 100% eléctrico y desechar los motores térmicos demasiado rápido, un buen número de fabricantes de automóviles están revisando su estrategia y ahora moderando sus comentarios. La rápida erosión del mercado de los coches enchufables les ha obligado a revisar su estrategia.
El último ejemplo hasta la fecha, el de Wayne Griffiths, el jefe de la marca Cupra, que declaró a nuestros compañeros de Motor1, poco antes de la inauguración del salón de Los Ángeles, que para seducir al país del Tío Sam, la pista de un gran Cupra 100% eléctrico. El SUV del que os hablamos el pasado mes de septiembre ya no era relevante.
El carismático “jefe” de Cupra, argumenta que la juventud de su marca (apenas 6 años de existencia pero ya 750.000 vehículos vendidos en Europa) será una ventaja, al otro lado del Atlántico, frente a firmas mucho más antiguas.
Según él, estos últimos tienen el peso de un “la profunda herencia y las complejas tradiciones arraigadas en su identidad, que vienen acompañadas de ciertas expectativas”Según él, esto sería un obstáculo para atraer también a los clientes más jóvenes (los de Curpra son, por término medio, entre 10 y 15 años más jóvenes que los de las marcas premium tradicionales). Cupra competirá con los nuevos fabricantes, en particular con las marcas chinas y asiáticas.
Cupra estará presente en Estados Unidos antes de 2030
Wayne Griffiths planea introducir la marca española en Estados Unidos a finales de la década utilizando un SUV de gran tamaño que atraerá directamente a los consumidores estadounidenses. Una máquina de mayor tamaño que lo que Cupra ofrece actualmente en Europa. Concretamente, el Cupra Tavascan (4,64 m) que en Norteamérica aparecería como un pequeño SUV urbano.
Además, El jefe de Cupra estudia asociarse con Penske Automotive Group (PAG) para aportar experiencia en distribución de automoción como venta al por menor. En Estados Unidos, PAG opera una red de 253 concesionarios para 40 marcas de automóviles diferentes, además de 152 franquicias repartidas en 19 estados.
Una red imprescindible y beneficiosa en Cupra que, por el momento, no cuenta con infraestructura local. Según él, las primeras pruebas con clientes americanos resultaron concluyentes, pero es difícil imaginarlo afirmando lo contrario. Cupra necesitará al menos dos coches con volumen suficiente para que su estrategia funcione y pueda ganar dinero.
Y Cupra probablemente tendrá que fabricar localmente al menos uno de los coches “americanos” para estar en línea con las políticas nacionalistas del nuevo presidente Donald Trump.