ATras el anuncio de la salida de Ryanair del aeropuerto de Burdeos – Mérignac, otras compañías aéreas aprovecharon la oportunidad para llenar el vacío. La aerolínea de bajo coste ha dejado atrás 40 destinos, entre ellos 22 exclusivos. Un golpe inesperado para el mayor aeropuerto de la región de Nueva Aquitania. Pero desde este verano no pasa un mes sin que una empresa competidora anuncie nuevos destinos desde Burdeos.
En esta carrera, EasyJet, la primera compañía aérea en la plataforma de Burdeos, ya llevaba ventaja. Fue la primera en anunciar la reanudación de varias líneas y un “reforzamiento de la colaboración” con el aeropuerto, apenas un mes después de la salida de su rival. Detrás, Transavia France, filial de Air France – KLM, también reaccionó abriendo seis nuevas rutas y posicionando un avión con base en Burdeos este invierno. Una bendición para el aeropuerto. Volotea también ha abierto nuevos destinos para el verano de 2025. Vueling ha duplicado su oferta para el invierno. Otras empresas, como Aer Lingus o Air Arabia, también se benefician de ello.
Ante el vacío dejado por la empresa irlandesa, hubo que retomar rápidamente las negociaciones. Sobre todo porque la Sociedad Aeroportuaria de Burdeos-Mérignac depende económicamente de sus ingresos de explotación (impuestos aeronáuticos, ingresos comerciales, etc.). “Fue una decisión poco común e inesperada, que sorprendió a todos. Tuvimos que educar a otras empresas, tranquilizarlas, luego identificar los destinos prioritarios y hacer propuestas, según la estrategia de cada uno”, explica Cyrielle Clément, responsable del desarrollo de líneas en el aeropuerto de Burdeos.
Fuerte competencia
La carrera ha comenzado. “Las empresas comprendieron que tenían una oportunidad real de crecimiento en el mercado francés. Burdeos es un mercado atractivo, conocido internacionalmente, con tráfico de exportación e importación, además de un fuerte componente de ocio. Es un motor de crecimiento. Evidentemente, compiten en varios frentes. Pero se reparten el mercado según su visión de desarrollo, su capacidad organizativa, su flota y los aeropuertos donde tienen base sus aviones. Quieren evitar vuelos en los que la tasa de ocupación sería baja, por ejemplo”, analiza Olivier de Marolles, consultor de Aerogestion, una empresa de consultoría estratégica para compañías aéreas.
“Esta competencia es bastante lógica. Cuando un actor importante se va, llegan otros. Estamos acostumbrados a otros aeropuertos. Pero dada la dimensión del mercado de Burdeos, hay sitio para todos”, asegura Nicolas Hénin, director comercial de Transavia Francia. Los destinos más populares rápidamente fueron conquistados: Roma, Faro, Oporto, Sevilla, Marrakech, Estambul, Malta, Marsella… “Los primeros en posicionarse obtienen las franjas horarias deseadas y pueden disuadir a otros de abrir una línea en el mismo destino. Por nuestra parte, queremos evitar un exceso de oferta en la misma línea”, continúa Cyrielle Clément.
El aeropuerto no toma decisiones
Sin embargo, a pesar de todos los anuncios recientes, esto no es suficiente para llenar el vacío dejado por Ryanair. “La oferta acumulada de las compañías aéreas de bajo coste debería reducirse en 900 vuelos durante la temporada de invierno de 2024 con respecto a la temporada de 2023, por un lado, y en 3.100 vuelos durante la temporada de verano de 2025 con respecto a 2024”, explica Olivier de Marolles. “Como el anuncio de su salida se hizo tarde, justo antes del verano, esto no facilitó la sustitución de las líneas por otras empresas, porque su programa de invierno ya estaba muy avanzado”, recuerda Cyrielle Clément.
El aeropuerto no decide sobre la elección de los destinos. Estas son las empresas que se posicionan en función de las oportunidades y de su capacidad para brindar conexiones. “El aeropuerto de Burdeos, a diferencia de Nantes o Lyon, por ejemplo, no está coordinado, lo que significa que las empresas son libres de elegir sus horarios. Esto es una ventaja para la plataforma Gironda”, asegura Olivier de Marolles. Al aeropuerto le gustaría posicionarse en destinos muy demandados: Edimburgo, Londres, Nueva York, Viena, Budapest, Praga, Escandinavia, Martinica o Reunión.
Pero en un contexto de incertidumbre ligado a la escasez de aviones, el mantenimiento y las amenazas de impuestos gubernamentales, las empresas están actuando con cautela. Y en Burdeos, las empresas con sede en Burdeos están examinando muy de cerca el esperado informe sobre la contaminación acústica, con posibles restricciones de vuelos o de tipos de aviones.