¡Bienvenido a Texas, el estado donde las estrellas brillan más que los impuestos! Con una superficie mayor que la de Francia y una economía que rivaliza con la de países enteros, Texas no es sólo un estado, es un planeta en sí mismo. Las empresas acuden aquí como mosquitos en verano, atraídas por un clima fiscal tan cálido como el sol de Texas. Pero cuidado, incluso los vaqueros más experimentados deben tener cuidado con las tormentas invernales que pueden convertir la red eléctrica en un rodeo. Entonces, sostenga su sombrero stetson y prepárese para descubrir cómo Texas se ha convertido en el nuevo negocio El Dorado, mientras hace malabarismos con los desafíos energéticos.
Texas, un gigante americano polifacético
Con sus 696.241 km², Texas se posiciona como el segundo estado más grande de Estados Unidos, justo después de Alaska. Su superficie supera a la de la Francia continental y sus impresionantes dimensiones, aproximadamente 1.300 km de norte a sur y 1.400 km de este a oeste, le confieren una notable diversidad geográfica. Texas es también el segundo estado más poblado de Estados Unidos, con una población de 30,5 millones en 2023, según la Oficina del Censo de Estados Unidos.
La capital de Texas, Austin, es el corazón político del estado, mientras que Houston, su ciudad más grande, y Dallas-Fort Worth, su área metropolitana más densa, son los motores económicos. La mayoría de los tejanos, alrededor del 80%, son urbanos y casi la mitad reside en las áreas metropolitanas de Dallas-Fort Worth o Houston. San Antonio y Austin completan el cuadro de metrópolis texanas, cada una con más de dos millones de habitantes.
Fuente: Wikipedia
Económicamente, Texas es una potencia indiscutible. Es el segundo estado más rico de Estados Unidos, con un PIB bruto de 2.389 mil millones de dólares en 2023 (justo detrás de California con 3.579 mil millones de dólares y… Francia con 3.031 mil millones de dólares). Su economía es diversa y abarca desde la ganadería hasta la aeroespacial, la biotecnología y un sector energético dominante. Texas es el mayor productor de petróleo crudo y gas natural de Estados Unidos, gracias a sus vastas reservas minerales. También cuenta con una extensa red de oleoductos, con cerca de 770.000 kilómetros que atraviesan el estado.
Texas, apodado “El estado de la estrella solitaria”, es único en su clase. Es el único estado que se unió a la Unión mediante un tratado, marcando su independencia de 1836 a 1845. Esta singularidad histórica se refleja en su identidad cultural, sus opciones políticas y su toma de decisiones económicas, que se analizan en este artículo.
Un entorno atractivo
El Estado atrae empresas con un entorno fiscal favorable, sin impuestos sobre la renta de las empresas o de las personas físicas, una mano de obra cualificada y un fácil acceso a los mercados globales. Estas ventajas han convencido a gigantes tecnológicos como Tesla, Oracle y Hewlett Packard Enterprise a trasladar sus sedes y fábricas a Texas, lejos de los altos alquileres y las estrictas regulaciones de California.
El estado también es líder en energía renovable y representa casi el 30% de su combinación energética. Se beneficia de la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura, que apoyan el desarrollo de proyectos de infraestructura y energía limpia.
El cambio adoptado en 2021
Texas ha enfrentado tiempos difíciles, sobre todo durante la ola de frío de febrero de 2021 que provocó cortes de energía masivos, cientos de muertes y pérdidas económicas considerables. Esta crisis ha puesto de relieve las vulnerabilidades de un sistema energético desregulado e independiente, gestionado por el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT). La crisis también ha puesto de manifiesto los límites de un mercado eléctrico liberalizado y privado, donde la competencia y la desregulación han sido incapaces de garantizar la fiabilidad y fluidez de la red en condiciones extremas.
En respuesta, Texas –bajo el liderazgo de Brad Jones, el gerente de Ercot– tomó medidas para fortalecer su infraestructura energética y evitar que se repita un desastre similar. Las autoridades han mantenido la liberalización del mercado al tiempo que enfatizan la necesidad de mejorar la resiliencia de la red eléctrica. Se necesitan inversiones masivas para modernizar y proteger las instalaciones energéticas contra las inclemencias del tiempo. Modernizaron las plantas de producción de energía y desarrollaron parques energéticos en la red Ercot. Estos últimos pueden borrar su consumo si es necesario para no saturar las redes.
Centros de datos y granjas de energía
Texas enfrenta desafíos derivados de la rápida expansión de los centros de datos, que están ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los recursos energéticos y terrestres. Los administradores de estos centros de datos ahora deben considerar generar su propia electricidad para satisfacer la creciente demanda y las preocupaciones ambientales. Los centros de datos flexibles son una respuesta para no ejercer demasiada presión sobre la red y liberar disponibilidad en caso de condiciones climáticas extremas, por ejemplo.
Por tanto, Texas ha entrado en un círculo virtuoso. Invierten en energías renovables, gas y energía nuclear y atraen a empresas tecnológicas gracias a una fiscalidad favorable. Esta economía financia el desarrollo de fuentes de energía limpias o semilimpias. El efecto de escala reduce los costos de electricidad. Fomentan el surgimiento de centrales eléctricas. Esto mejora la resiliencia de la red y, por tanto, permite reducir aún más el precio de la electricidad, lo que resulta aún más atractivo para las empresas. Por lo tanto, en caso de una “tormenta invernal” como la de 2021, podemos ajustar la red de Ercot poniendo en marcha una planta de gas o pidiendo a las centrales eléctricas que interrumpan su actividad a cambio de una remuneración (que cuesta menos). En definitiva, un círculo virtuoso que permite reducir el precio de la electricidad, financiar la transición energética y atraer capitales y empresas. (¿Por qué no hacemos eso en Francia?).
Si durante más de un siglo California fue el lugar al que todos querían mudarse, el Estado de la Estrella Solitaria parece estar acaparando el protagonismo. El rápido aumento demográfico y la llegada de numerosos gigantes tecnológicos e industriales son pruebas concretas del atractivo de la región.