Los copos de nieve cambian con el viento. Este descubrimiento de científicos suizos podría obligar a la ciencia climática a adaptar sus modelos, afirmó el lunes el Instituto para el estudio de la nieve y las avalanchas (SLF).
Cuando el viento hace girar los copos de nieve, mecánicamente remodela los cristales de hielo desmoronándolos y aplastándolos. Pero eso no es todo: los experimentos realizados en el túnel de viento del SLF han demostrado que una parte de la nieve pasa directamente del estado sólido al estado gaseoso.
Este fenómeno se llama sublimación y permite que el agua regrese a la atmósfera. Sin embargo, en las “nubes de transporte de nieve” especialmente densas también puede producirse el proceso contrario: la deposición: los cristales de nieve absorben vapor de agua del entorno y siguen creciendo.
Este ir y venir deja una huella en la composición de los isótopos del agua en los cristales, es decir, variantes de moléculas de agua más o menos pesadas, señala el SLF en un comunicado de prensa.
Interpretaciones climáticas
El agua sólida, líquida o gaseosa contiene diferentes proporciones de isótopos pesados y ligeros. Entonces, cuando los cristales de hielo se disuelven o vuelven a convertirse en gas, la proporción de isótopos pesados y ligeros cambia, lo que los investigadores llaman fraccionamiento.
Este descubrimiento tiene consecuencias para la interpretación de los núcleos de hielo y los modelos climáticos globales, informa el equipo de Michael Lehning en la revista The Cryosphere.
Los núcleos de hielo polar tienen cientos de miles de años. Sin embargo, hasta ahora se suponía que su composición isotópica reflejaba directamente las temperaturas históricas. Este nuevo descubrimiento podría cuestionar esta hipótesis, porque la sublimación modifica las proporciones isotópicas, subraya el SLF.
casquetes polares
Los isótopos son átomos de diferentes pesos de un mismo elemento. Se distinguen por la cantidad de neutrones en el núcleo del átomo. Desde un punto de vista químico, los isótopos de un mismo elemento generalmente se comportan de manera idéntica o al menos similar. Sin embargo, sus propiedades físicas difieren.
Las mayores reservas de agua de la Tierra son los casquetes polares situados en los polos. El hecho de que el viento mueva allí enormes cantidades de nieve y las transfiera entre el suelo y la atmósfera mediante sublimación y deposición, tiene una gran influencia en el equilibrio hídrico de las masas de hielo.
Estos nuevos datos podrían mejorar las previsiones sobre los intercambios de agua y sus efectos sobre el clima de las regiones polares. Los autores ahora planean estudiar el fenómeno más profundamente e integrarlo en modelos climáticos. En este trabajo también participaron científicos de EPFL y ETHZ.
Este artículo fue publicado automáticamente. Fuente: ats