En resumen
coche eléctrico kei
Desde 16.000€
Autonomía: 180 km
En Japón, los coches Kei entraron en escena al final de la Segunda Guerra Mundial. Estos coches urbanos ultracompactos y económicos se crearon para permitir a los japoneses comprar un coche. La normativa impone una longitud máxima de 3,40 metros, una anchura de 1,48 m y una potencia máxima de 64 CV. Con el paso de los años, con la densificación de las ciudades y de las poblaciones, estos coches ultracompactos y económicos se han ido concediendo ventajas fiscales, ganando así el premio en la isla del Pacífico con prácticamente el 40% de las matriculaciones.
Estos coches de bolsillo, ligeros y compactos eran los candidatos naturales para pasarse a ser eléctricos. Nissan entró en acción en 2002 con el Sakura, un kei car con un diseño moderno que cumple escrupulosamente con las especificaciones requeridas. Bonito, tiene una altura significativa y empuja las ruedas hacia las 4 esquinas para maximizar tanto el espacio habitable como el alojamiento de la batería debajo del piso. En Francia, el Sakura sería un competidor natural del Citroën E-C3 o del Dacia Spring.
Con la diferencia, pero también gracias a los diferentes estándares de homologación, los japoneses optimizan mucho mejor el espacio habitable. Los asientos delanteros están servidos por un cómodo banco tapizado en tela de calidad. Los pasajeros traseros se benefician de un espacio XXL. Los dos asientos pueden acomodar fácilmente a una persona grande. Se deslizan a buena longitud, se pliegan y tienen la ventaja adicional de tener un respaldo reclinable. Gran lujo. Tenemos la impresión de estar ante el Twingo 1 de su apogeo.
El volumen del maletero no se ve necesariamente penalizado. Ciertamente ofrece 107 litros de base. No es mucho. Pero abatiendo los dos asientos traseros el volumen de carga (cifra no comunicada) es similar al de un coche urbano polivalente. Además, hay almacenamiento para cables de carga con dos pequeños pisos modulares que permiten una superficie plana. Vendido por el equivalente a 16.000 euros en Japón, el Sakura no se lo pone fácil. Nuestra versión de prueba, en acabado básico, se presenta bien con agradables adornos de tela en relieve y un doble auricular. Uno para instrumentación y otro para entretenimiento que incluye funciones como Apple CarPlay. Todo esto viene de serie desde el primer nivel. El Dacia Spring y el Citroën ë-C3 no pueden competir a este nivel de precios en términos de equipamiento.
Al volante se aprecia la suavidad de su pequeño motor eléctrico. Con una potencia de 64 CV y un par motor de 195 Nm, ofrece una aceleración suficiente para el uso urbano y una aceleración tranquilizadora en las autopistas. La batería, con una capacidad de 20 kWh, garantiza una autonomía de 180 km (WLTC). En realidad y en un recorrido esencialmente urbano observamos una media de 14 kWh/100 km, elevando así la autonomía real a unos 150 km. En términos absolutos no es mucho, pero para uso sólo urbano equivale a una recarga semanal. En este sentido, el Sakura se puede recargar rápidamente hasta 100 kW, una ventaja para un coche de este tamaño. Por último, se beneficia del modo e-Pedal que intensifica la regeneración cuando levantas el pie.
Alcanzar los 130 km/h no es misión imposible, sólo hay que tener paciencia y sobre todo estar atentos porque con su importante altura, el Sakura está sujeto a vientos cruzados, generando así bastante balanceo. En general, el Kei Car muestra buena voluntad en todas las situaciones, pero su elemento es sin duda la ciudad, donde conduce corto y presenta un buen nivel de confort gracias a una amortiguación flexible.
Si el Nissan Sakura se importara a Europa, sería sin duda un gran éxito porque ofrece servicios superiores a sus competidores: equipamiento superior, espacio habitable mejor diseñado y una calidad de presentación mucho mayor.
Lamentablemente sus precios no serían tan atractivos debido a un sistema de homologación diferente en Europa que impone otros elementos de seguridad. Su pequeña batería y su autonomía inferior a la de la competencia también podrían enfriar a los franceses, pero para un uso urbano, este kei car, ligero y manejable, se adapta perfectamente.