¿Los medios deberían abandonar la red social X (antes Twitter) o quedarse allí? La pregunta habría parecido descabellada hace unos años, pero el dilema preocupa actualmente a muchas redacciones, sobre todo desde la elección de Donald Trump el 5 de noviembre, dos años después de la compra de la plataforma de microblogging por el multimillonario Elon Musk.
En los últimos meses, el director general de Space X y Tesla y actual propietario de X, ha invertido en la campaña presidencial estadounidense, transformándose en una máquina de propaganda en su propia plataforma. El hecho de que el magnate fuera designado por Trump el martes 12 de noviembre para dirigir un departamento de “eficiencia gubernamental”, responsable de recortar el gasto federal, fue la gota que colmó el vaso para algunos medios.
Al día siguiente de este anuncio, el diario británico el guardián a los 10,8 millones de suscriptores en “tóxico y [que] su dueño (…) [avait] pudo utilizar su influencia para dar forma al discurso político” durante la campaña presidencial. En el proceso, el jueves 14 de noviembre, el periódico sueco Noticias de hoy y el diario español La Vanguardia hizo lo mismo, antes de que los grupos de prensa regionales franceses Ouest-France y Sud Ouest hicieran lo mismo la semana siguiente. Todos dejan a sus periodistas en libertad de utilizar la red como herramienta de seguimiento.
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“Se ha convertido en una zona sin ley por falta de moderación”justifica el presidente del consejo de administración de Ouest-France, François-Xavier Lefranc. “Nuestra voz se había vuelto inaudible en este lío.se hace eco de su colega Nicolas Sterckx, director general de Sud Ouest. Fue como luchar contra un tsunami de información falsa”. Una elección estratégica “ético” facilitado por el hecho de que sólo el 0,1% del tráfico al sitio del periódico Sud Ouest procedía de X.
Los jóvenes medios ecologistas verde ha optado por trazar una línea bajo sus casi 18.000 suscriptores en la plataforma «par compromiso», explica Juliette Quef, su presidenta, aunque admite que verde estaba en “no muy dependiente”frente a sus 200.000 suscriptores en Instagram y su newsletter enviada a 90.000 personas.
“La respuesta no es obvia”
Sin embargo, la decisión de cerrar la puerta dista mucho de ser unánime en Francia. Entre los directivos de medios entrevistados, varios recuerdan que el anuncio de la salida de extractos de retransmisiones por cuenta propia.
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