El bitcoin superó por primera vez el jueves la marca de los 95.000 dólares (84.000 francos), aún arrastrando el “efecto Trump”, mientras el mercado anticipa una legislación y unas políticas económicas más flexibles que le favorecerán en el futuro de la administración estadounidense.
La mayor criptomoneda por capitalización superó este nivel hacia las 02:24 (hora suiza), alcanzando un nuevo récord de 95.004,50 dólares (84.000 francos). El bitcoin moderó entonces sus ganancias y cotizaba a 94.463 dólares (83.400 francos) hacia las 02:30 (hora suiza).
Desde la victoria de Donald Trump el 5 de noviembre, el valor del bitcoin ha aumentado alrededor de un 35%.
Tras superar su récord del pasado mes de marzo, la moneda digital superó los 80.000 dólares (70.000 francos) el 10 de noviembre y luego los 90.000 dólares (79.500 francos) el 13 de noviembre.
Valoración “fenomenal”
“El bitcoin va camino de alcanzar una valoración fenomenal de 100.000 dólares (88.300 francos), impulsado por la creciente confianza en que la administración Trump marcará el inicio de una era favorable para las criptomonedas, y los especuladores se están uniendo detrás de esta historia, alimentando el frenesí del mercado”, observó el jueves Stephen Innes, analista de SPI Asset Management.
Entre las medidas que se esperan del sector de las criptomonedas, figura la de una reserva estratégica de bitcoins en Estados Unidos, compuesta principalmente por tokens incautados por los tribunales, y que podría empujar a otros países a conceder más legitimidad a esta moneda virtual.
Para constituirlo, el gobierno estadounidense se comprometería a no vender más los bitcoins que ya posee, principalmente incautados en el marco de procesos judiciales.
El presidente electo también prometió flexibilizar drásticamente las regulaciones sobre el sector de las monedas digitales, certificando que haría de Estados Unidos “la capital mundial del bitcoin y las criptomonedas”.
En particular, se comprometió a sustituir a Gary Gensler, jefe de la policía de los mercados financieros estadounidenses, la SEC, odiada por un sector que le critica por su actitud represiva.
ETA