La imposición de un cambio tecnológico en el módulo de operación de ventas (MEV) por parte de Revenu Québec preocupa a los restauradores, que lamentan pagar los costes de un cambio digital que beneficiará principalmente a las empresas que ofrecen este tipo de sistemas.
“Nos costó más de 30.000 dólares”, asegura el director general de Schwartz’s, Frank Silva. Vamos a superar esto porque somos de Schwartz. Pero me preocupan los restaurantes más pequeños”.
Zoé Arcand
En el caso de esta institución de ahumados, el sistema de punto de venta establecido no era compatible con MEV-WEB, la nueva versión en la nube del módulo de operación de ventas, impuesta en particular a los restauradores desde 2010.
Una transición que “tiene sentido”
Este módulo, que originalmente adoptaba la forma de una pequeña caja azul, se impone “para luchar contra la evasión fiscal y garantizar la equidad en el sector de la restauración”, explica Revenu Québec.
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Esta transición “tiene sentido”, según Michel Leblanc, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio del Montreal Metropolitano (CCMM). En particular, permitirá automatizar la transmisión de datos de ventas a la agencia gubernamental y la posibilidad de entrega electrónica de facturas.
“Entiendo la transición tecnológica emprendida por el gobierno”, asegura el propietario de la cervecería artesanal Le Saint-Bock, Martin Guimond. Lo que menos entiendo es que esto se hace a expensas de los comerciantes”.
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También teme que las empresas de sistemas de punto de venta como Véloce se “llenen los bolsillos” y que el lugar que algunas de ellas ocupan en el mercado adquiera demasiada importancia.
La industria no puede absorber la factura
“Lo que el Estado debe saber es que la fiscalidad no debe dar lugar a la aparición de servicios privados suplementarios que encarecen la factura”, opina Michel Leblanc.
“Los precios de todos los contratos podrían haber aumentado porque todos estamos obligados a firmar otros nuevos” antes del 31 de mayo de 2025, lamenta Thierry Boisclair, propietario de Tri Express, situada en Plateau, y de Regashi, en la Pequeña Borgoña.
Para estos dos restaurantes, el cambio de sistema costó aproximadamente $2,500, pero los costos mensuales aumentaron en $230.
Foto Zoé Arcand
“Según el análisis de impacto regulatorio disponible en el sitio web del gobierno de Quebec, las primeras estimaciones muestran un costo promedio de implementación de 6.000 dólares por establecimiento”, respondió Revenu Québec.
“Que exista una industria naciente que quiera ganar dinero con la necesidad de equiparse con equipos web, el Estado no debería permitirlo”, insiste Michel Leblanc.
Esta factura repercutirá inevitablemente en el consumidor, ya que los restauradores ya no pueden asumir costes adicionales como estos, lamenta el propietario de Saint-Bock. “El gobierno nos va a matar. Me hace enojar”.
Seis meses antes de la fecha límite, “más del 11%” de los comerciantes interesados han adquirido el nuevo equipo. Deben haber firmado un contrato antes del 1es junio de 2025 con un proveedor que planea instalar un sistema de registro de ventas antes del 31 de agosto de 2025 inclusive.
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