El fabricante de Boulogne se inspira en la madre de sus “coches vivientes” para animar a los conductores a dar el paso hacia los vehículos eléctricos.
Además de su gama tradicional, Renault ha decidido revivir, con motor eléctrico, algunos modelos emblemáticos de su historia bajo la etiqueta “Icônes”. Ya se conocen tres modelos con diseño neo-retro: el R5, el Twingo y el R4. Este último, que causó sensación en el último Salón del Automóvil de París, se apoderará del panorama en la segunda mitad de 2025.
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Para muchos, sus líneas despiertan recuerdos. Del 4L producido en más de 8 millones de unidades entre 1961 y 1992, el nuevo coche incorpora muchos elementos esenciales: las luces redondas incrustadas en una parrilla monobloque iluminada por primera vez, los pasos de rueda cuadrados, la luneta trasera, las paredes laterales acanaladas, la inclinación de la luneta trasera, el portón trasero y las luces traseras en forma de cápsula.
Al igual que su predecesor, el nuevo R4 presume de una gran versatilidad de uso: igualmente cómodo en ciudad y en el campo, entre semana y fines de semana. Sin saberlo, Renault ha resucitado el coche de mezclilla azul. Como esta prenda vaquera”que usas en todas las circunstancias si no tienes pretensiones de esnobismo y conformismo social, que te hace todos los servicios, que llevas a todas partes, que puedes reemplazar sin sentirte fuera de lugar» (dixit Pierre Dreyfus, entonces presidente), el R4 del siglo XXI se adapta a multitud de situaciones.
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Con un estilo básico, Renault ha imaginado un coche elegante y refinado, brillante con proporciones equilibradas y un interior cuidado. Muchos elementos técnicos se comparten con el reciente R5, empezando por la plataforma. Ampliado 22 cm, tiene una longitud de 4,14 m. En cuanto a la altura de 1,57 m, es idéntica a la del Captur. El moderno tablero con dos pantallas digitales es similar al del R5. El tejido del tapizado está fabricado a partir de fibras recicladas de botellas de plástico. El espíritu del R4 brilla a través de una gran modularidad (los asientos del lado del pasajero se pliegan formando carteras para acomodar una tabla de surf, por ejemplo) y el bienestar se ilustra con un techo corredizo panorámico de lona.
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El 4L especialmente te hace querer volverte eléctrico. Desprovisto de tierras raras, su motor de rotor bobinado de 150 CV está alimentado por una batería de 52 kWh, lo que le permite una autonomía de 400 km. Con un pico de potencia de 100 kW, es posible restaurar el 80% de la capacidad de la batería en 30 minutos en un terminal rápido. La adopción de un cargador bidireccional es el punto fuerte del R4. Un activo que le permite acceder a tecnologías V2L, cargar un dispositivo con la batería del coche y V2G. En este caso, el vehículo es capaz de suministrar energía a su hogar. Durante la noche, en horas valle, la batería se recarga hasta el nivel programado.
Al igual que los vaqueros azules, el R4 tiene una gran adaptabilidad. Renault ha imaginado 670 posibles combinaciones de colores, llantas, decoraciones de personalización, techo y capó negro. La más elegante es la versión burdeos inspirada en la versión parisina de los años 60.