Como parte del presupuesto de 2025, el gobierno presentó una enmienda para apoyar la descarbonización de la industria, un compromiso de 1.550 millones de euros. Objetivo: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para asegurar los objetivos nacionales y europeos para 2030, fortaleciendo al mismo tiempo la competitividad de la industria francesa, muy expuesta a la competencia internacional.
Alcanzar los objetivos climáticos para 2030
El gobierno anunció una modificación del proyecto de ley de finanzas de 2025, destinada a reforzar las acciones de descarbonización de la industria francesa con un presupuesto de 1.550 millones de euros. El ministro de Economía, Antoine Armand, subrayó la importancia de esta financiación en una declaración a la AFP, afirmando que “ Descarbonizar nuestra industria es una parte esencial de nuestra estrategia económica. “. Esta iniciativa, presentada como un paso adelante en la política presupuestaria, tiene como objetivo apoyar proyectos clave para una producción local más limpia y con menos emisiones de carbono.
El sistema financiero tiene como objetivo garantizar que Francia alcance sus objetivos climáticos para 2030, en consonancia con los compromisos europeos. Entre los sectores objetivo se encuentran la producción de baterías y electrolizadores, así como infraestructuras para la captura de CO₂ y campos eólicos. El desafío de esta iniciativa es reducir la dependencia de las instalaciones industriales francesas de las fuentes de energía de carbono, garantizando al mismo tiempo su sostenibilidad en un contexto internacional competitivo. “ Esta modificación debería permitir garantizar la presencia de emplazamientos industriales en sectores con elevadas emisiones. », especifica el texto.
Una necesidad crucial para la competitividad
Además de la dimensión ecológica, esta modificación también responde a requisitos de competitividad. Las industrias francesas, particularmente en los sectores automotriz y químico, enfrentan la competencia de países como China, cuyo exceso de capacidad conduce a una caída de los precios. Esta presión económica, combinada con los altos costos de la energía, está empujando a muchas empresas a considerar recortes de empleos. Para las autoridades, estas ayudas públicas son también una respuesta a la falta de competitividad denunciada recientemente por Florent Menegaux, director general de Michelin, que lamenta que la industria francesa y europea sufra salarios y costes energéticos más elevados que sus competidores.
Esta inversión de 1.550 millones de euros es sólo una parte de un esfuerzo presupuestario más amplio. A finales del año pasado, Emmanuel Macron propuso un pacto de descarbonización a los 50 centros industriales franceses con mayores emisiones de CO₂, prometiendo duplicar las ayudas públicas hasta los 10.000 millones de euros. Sin embargo, hasta ahora sólo se han asignado 4.000 millones de euros, una cantidad considerada insuficiente por los firmantes de una columna publicada en “La Tribune Dimanche”, pidiendo al gobierno que respete sus compromisos.
Según el Ministerio de Economía, esta dotación debería permitir apoyar proyectos industriales aún en fase de diseño, fomentando al mismo tiempo la aparición de un sector de tecnologías limpias en Francia.