¿Podría el próximo gobierno alemán aceptar la deuda, una palabra tan cargada de significado en alemán que significa tanto endeudamiento como culpa? Friedrich Merz, candidato conservador del CDU-CSU para las elecciones legislativas del 23 de febrero de 2025 y probablemente próximo canciller, se ha mostrado en los últimos días abierto a la idea de una reforma del “freno de deuda”disposición constitucional que tradicionalmente respetan los conservadores alemanes y que limita el déficit presupuestario al 0,35% del producto interior bruto (PIB), excluyendo los efectos de la situación económica.
Este mecanismo, que por sí solo simboliza todo el rigor alemán en materia de finanzas públicas, es objeto de críticas recurrentes, que se han acentuado en los últimos años. Considerado responsable de la falta crónica de inversión en la ruinosa infraestructura del país, ahora también es ridiculizado por sus efectos en el lento ritmo del rearme alemán, mientras la guerra está a las puertas de Europa. Los países europeos también lo ven como uno de los obstáculos para el reinicio del Viejo Continente, del que la economía alemana es históricamente el motor, y amenazado por la próxima presidencia de Donald Trump al otro lado del Atlántico. La deuda alemana, que representa el 60% del PIB, es, de hecho, una de las más bajas entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Merz ya no cierra la puerta a la idea de reformar esta herramienta introducida en 2009 tras la crisis de las hipotecas de alto riesgo. “El freno de la deuda es un tema técnico, podemos responderlo de una forma u otra”declaró, el miércoles 13 de noviembre, durante una conferencia organizada por el diario Periódico del sur de Alemania. Si bien este mecanismo se aborda en el artículo 115 de la Constitución, « sSólo los primeros diecinueve artículos de nuestra Ley Fundamental son inmutables; por supuesto, podemos discutir todo lo demás”.
Antes de explicar: “Si el resultado nos lleva a gastar aún más dinero en consumo y política social, entonces la respuesta es no. » Por otro lado, “si es importante para las inversiones, si es importante para el progreso, si es importante para las generaciones futuras, entonces la respuesta puede ser diferente”. Otras declaraciones en este sentido se han hecho en diversos medios.
Una reforma “inevitable”
Este espectacular cambio de rumbo por parte de un líder que todavía defendía con uñas y dientes esta regla de oro en julio puede explicarse por razones tanto políticas como económicas. Si Merz, de 69 años, tiene todas las posibilidades de convertirse en el próximo canciller según las encuestas, probablemente tendrá que tratar con un aliado, sabiendo que una mayoría de dos tercios en el Bundestag y el Bundesrat condiciona cualquier reforma. “La CDU también necesitará dinero si entra en el gobiernoanaliza Thomas Biebricher, profesor de ciencias políticas en la Universidad Goethe de Frankfurt. Y si desea formar una coalición con los socialdemócratas y/o los verdes, la reforma del freno de la deuda será inevitable. »
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