El lujo ha perdido 50 millones de clientes en dos años

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Una boutique de la casa de moda italiana Valentino en Piazza di Spagna, en Roma, el 11 de noviembre de 2024. ALBERTO PIZZOLI/AFP

LVMH tendrá que revisar su estrategia. Como Kering, Burberry y otras Chanel. El mercado mundial del lujo disminuirá entre un 1% y un 3% en 2024, alcanzando los 1,5 billones de euros, según el estudio de Bain & Company, realizado en colaboración con Altagamma, la asociación italiana de fabricantes de lujo, y publicado el jueves 14 de noviembre.

Se espera que el segmento de artículos de cuero, prêt-à-porter, joyería y relojes, que representa alrededor de una cuarta parte de esta cantidad, caiga un 2% interanual, a tipos de cambio constantes. Al principio, Bain & Company contaba con un escenario completamente diferente, con un crecimiento de entre el 0% y el 4%. Pero la caída del mercado de lujo chino, que se siente desde finales del segundo trimestre, obligó a la firma a revisar sus previsiones. “Por primera vez desde la gran recesión de 2008, fuera del período Covid, el mercado experimentará una desaceleración”subraya, en un comunicado, Claudia D’Arpizio, socia de Bain & Company.

Los fabricantes de productos de lujo ya lo están sintiendo. En los nueve primeros meses del año, a finales de septiembre, LVMH, líder mundial del lujo, sufrió una caída del 2% en su actividad a nivel mundial. Las ventas de sus marcas de moda y artículos de cuero, particularmente las de Louis Vuitton, Dior y Celine, se contrajeron un 3% durante este período. Kering sufre más gravemente. El grupo francés propietario de Gucci, en crisis desde 2022, Saint Laurent y Bottega Veneta, perdió el 12% de su facturación en nueve meses, en comparación con el mismo período de 2023. Sólo Hermès ignoró la crisis económica. La facturación de la marca parisina, que se dirige a una clientela más acomodada que sus competidores, aumentó un 13,8%.

Errores de estrategia

En Milán, capital del lujo italiano, la consultora internacional señala los errores estratégicos cometidos por algunos grandes fabricantes de lujo para hacer frente a la desaceleración de la demanda en Estados Unidos y China, y para compensar la caída de los volúmenes de ventas. Varios han recurrido a la “premiumización” de gamas; en definitiva, los fabricantes han aumentado los precios de sus productos. A principios de año, Hermès aplicó un aumento de precios de alrededor del 9%. Pero esta estrategia no ha dado sus frutos para las marcas más asequibles, entre ellas la italiana Gucci, filial del grupo Kering, y Burberry, una figura británica del lujo.

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